Tras una penosa enfermedad que lo mantuvo en cama durante los últimos meses de vida, esta madrugada falleció en Bogotá el médico y compositor huilense Jorge Augusto Villamil Cordovez. A los 80 años de vida el compositor de temas famosos como «Espumas», «Si pasas por San Gil», «Oropel», «Al sur», «El barcino», entre otras partió de este mundo dejando un vacío en el corazón de todos los amantes de la música colombiana.
Fueron más de 200 composiciones las del maestro Villamil que hoy más que nunca se quedarán en el recuerdo y en la mente de todos los colombianos quienes le rendirán homenaje por siempre.
Villamil fue el fundador de la Sociedad de Autores y Compositores Sayco y presidente honorario durante muchos años. Su cuerpo será velado en la Funeraria Gaviria, al norte de la ciudad, donde permanecerá en capilla ardiente hasta el martes en la mañana cuando sea trasladado a la sede de Sayco.
Villamil cultivó y pasó casi por todos los géneros musicales colombianos, desde el bambuco, pasando a la guabina, sanjuanero, pasillo, caña, pasaje llanero, pasaje y sones vallenatos, vals, bolero, cumbia, porro, rajaleña y pasaje, entre otros.
El maestro Villamil le cantó a, casi, todas la regiones colombianas partiendo por su natal Huila, hasta Santander, Valle, Antioquia, Quindío, Nariño, Cauca y los Llanos Orientales, mientras a la capital colombiana le dedicó canciones como «Bogotá es para todos» y «Señor de Monserrate».
Nacido el 6 de junio de 1929 en la Hacienda El Cedral de la ciudad de Neiva, se graduó como médico en la Universidad Javeriana de Bogotá donde estudió más por darle gusto a su familia que por vocación. Estuvo casado con Olga Lucía Ospina, de cuya unión nacieron dos hijos: Jorge y Ana María, quien falleció víctima de cáncer en diciembre del año inmediatamente anterior. Son varios los grandes maestros de la música que se han ido en el último tiempo, Villamil se une a Rafael Escalona que el año pasado se marchó de este mundo. Para los dos: ¡Paz en su tumba!.
Retomamos ahora lo dicho por el maestro Jorge Villamil (Periódico El Colombiano de Medellín agosto 25 de 1999 por el periodista Juan Carlos Mazo) cuando la prensa lo entrevistó por sus bodas de oro artísticas: “En la música andina hay dos vertientes, la que dice que el folclor hay que cantarlo como venga, como lo cantó Espinosa y Bedoya o Garzón y Collazos y, otros que le han metido mucha academia. Eso tiene su más y su menos. Para la música instrumental es bueno, pero para la cantada no.
De todos esos concursos del Mono Núñez o el Festival del Pasillo no queda nada, no trasciende nada, la música se ha sofisticado y el folclor es como el agua fresca que viene del cerro, que debe ser pura y limpia. El folclor no admite miriñaquez, de ahí el fracaso tan estruendoso. Cuando la música colombiana pasa a un público culto, es decir, que se escucha en un salón, permite eso, pero para tocar común y corriente esa tendencia no impacta, no le llega al alma a la gente”.
Saludos a todos y mi más sentido pésame. Atte Luis Fdo Zuluaga Palacio.