Esta semana, el 12 de marzo, se celebró el Día Mundial contra la censura en Internet, un día que sirvió para reflexionar y defender la libertad de los contenidos en Internet en todo el planeta, una jornada promovida por Reporteros Sin Fronteras.
Ellos aseguran que, aún hoy, 25 países ejercen claramente la censura en internet aunque prácticamente ningún país se libra del cibercontrol.
La nueva era de «Control 2.0» ha llenado de espinas la vida de millones de internautas. RSF resume así el intento del poder por controlar la información: «Se ha reforzado la propaganda y la manipulación. Se generalizó el uso de ciberataques tipo DoS (denegación de servicio), así como la práctica de «phishing», el robo de las contraseñas de los usuarios para obtener información confidencial; se cortó internet en Egipto y luego en Libia para intentar, en vano, acabar con los movimientos opositores al poder establecido».
Al cabo, actualmente, 119 internautas se encuentran en prisión: Setenta y siete encarcelados en China, entre ellos el Premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo; dieciocho en Vietnam y nueve en Irán.
“Uno de cada tres usuarios de Internet del mundo no tiene acceso a una Internet libre. Sesenta países censuran la Red en diversos grados o acosan a los internautas. Al menos 119 personas están encarceladas simplemente porque se han utilizado Internet para expresarse libremente. Estas cifras son aterradoras.
La Web ha desempeñado un papel crucial en las revoluciones recientes de Túnez y Egipto, por lo que cada vez más gobiernos tratan de manipular la información que circula por la red y de eliminar el contenido crítico. Necesitamos más que nunca defender la libertad de expresión en Internet y proteger a los disidentes. Esta es también una oportunidad para rendir homenaje a la solidaridad mostrada por los usuarios entre sí “, dijo Jean-François Julliard, secretario general de Reporteros sin Fronteras.
Internet sigue siendo principalmente una herramienta utilizada para bien y para mal. En los países más cerrados, se crea un espacio de libertad. Su potencial para la difusión de la información irrita los dictadores, e inhabilita los tradicionales métodos de la censura. La Web es utilizada no sólo por los disidentes, sino también por las autoridades para transmitir la propaganda oficial y reforzar las poblaciones de supervisión y control.
La nueva estrategia de los regímenes autoritarios ya no se decanta únicamente por un duro bloqueo, recurre a la manipulación y la propaganda online. Ciertamente, países como China, Arabia Saudita o Irán siguen aplicando filtros estrictos, que incluso tienden a aumentar en tiempos de tensión.
Pero sus internautas continúan aprendiendo cómo evitar la censura. Quienes trabajamos desde una plataforma y llevamos información por la red, luchamos para que haya un un internet libre.
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