La historia de Joe Navarro, es muy similar a la de muchos cubanos que, aunque no deseaban salir de su país, lo debieron hacer y exiliarse en otros. Joe, de 8 años de edad, recuerda cómo él y su familia fueron despojados de su hogar por unos soldados, poco después de la invasión de la Playa de Girón en Cuba.
Llegó a EUA, donde logró abrirse espacio en el campo profesional. Ingresó al FBI a los 23 años, convirtiéndose en el agente más joven de esa institución. Sus conocimientos en comunicación no verbal, los adquirió por sí mismo, cuando sin saber inglés, comenzó a identificar lo que trataban de decirle sus compañeros.
Se ha preparado durante 30 años en interpretación del comportamiento no verbal y decodificar la conducta humana. Veinticinco de ellos fueron dedicados en la captura de espías del FBI. Su experiencia es compartida en su más reciente libro, El cuerpo habla, donde explica qué es la comunicación no verbal, cómo dominar sus secretos, cómo detectar un engaño, cuáles son los comportamientos que revelan sinceridad, qué significado tienen los gestos no verbales de la cara, los brazos, las manos o las piernas, entre otro otros temas.
Debido al gran éxito que ha tenido su libro en nuestro país, el cual ingresó a la lista de los más vendidos en la pasada Feria del Libro de Bogotá, quisimos hablar con su autor.
– Usted salió de Cuba, siendo un niño, ¿regresó alguna vez? ¿Qué recuerdos le trae su país?
– Nunca he regresado a Cuba. Mi familia sufrió mucho, y yo también, yo aún recuerdo cuando los soldados llegaron a hacerse cargo de mi casa. No eran muy juguetones los soldados con barbas. Todavía puedo ver mi casa en Cienfuegos desde Google Earth, ocupada por extraños. Voy a esperar el día en que vuelva la libertad.
– ¿Cómo se convirtió en agente del FBI?
– Fui muy afortunado porque me reclutó el FBI directamente. Es obvio que ellos vieron algo en mí que les dio pensar que yo sería un buen agente del FBI. Yo era muy joven, tenía 23 años, pero vieron algo en mí y, por mi parte, me comporté de una manera que ellos sintieran que podían confiar en mí. Han pasado 25 años maravillosos en el que tuve la oportunidad de servir el país que prestó ayuda a mi familia en el exilio.
– ¿En qué momento decide escribir El cuerpo habla?
– En cierto modo, he estado escribiendo este libro durante más de treinta años. Durante ese tiempo he recogido información durante las entrevistas en el FBI y estudié el arte y la ciencia de la comunicación no verbal.
– ¿Cuál cree que ha sido el éxito de su libro?
– Creo que el éxito del libro ha sido el tratar de simplificar un tema tan complejo. Lo escribí como me gustaría que me hubieran enseñado sobre el lenguaje corporal cuando era joven y comenzando. Yo enseño los principios de buena observación, lo que debe buscar, y trato de explicar cómo el cerebro reacciona al mundo que nos rodea. Priori, se piensa que es por eso que los libros ha sido un éxito.
– ¿Es un libro dirigido a un tipo de público en especial?
– El libro está escrito para todo el mundo: Madre, padre, maestro, médico, banquero, personal de ventas, gerentes, personal de recursos humanos, investigadores de la policía, en realidad para cualquier persona interesada en leer el lenguaje corporal, que tratan de entender lo que otros están verdaderamente pensando, sintiendo, intentando o deseando. Y también para aquellos que quieren administrar la forma en que se perciben. Es para cualquiera que quiera tener la inteligencia social.
– Su libro es revelador, donde cuenta secretos que manejan personas que trabajan en temas de seguridad, ¿este hecho no le ha traído inconvenientes?
– No, por el contrario ha hecho más difícil para la gente que dice mentiras y ha elevado el nivel de conciencia de los demás a las cosas que en el pasado habría sido escondidas. Los mentirosos siempre tendrán dificultad de ocultar la verdad porque no pueden controlar todas las partes de su cerebro y lo que el cerebro se comunica inadvertidamente a través del cuerpo.
– ¿Qué tan fácil es detectar una mentira?
– Es muy difícil para la mayoría de nosotros para detectar el engaño. Los estudios científicos nos dicen que la mayoría de nosotros, incluyéndome, no son mejores que el azar, 50/50. Lo mejor que podemos hacer es buscar indicadores de malestar cuando se hace una pregunta y luego explorar por qué hay tal malestar.
– ¿Cuáles son los gestos que identifican una verdad?
– La apertura corporal, la comodidad, amabilidad, el cuerpo relajado y la cara, la voz más baja, la falta de tensión, etc.
– ¿La forma de vestirse de las personas también “habla”?
– Desde la ropa podemos decir la situación socio-económica, la salud, la inteligencia social, trastornos de la personalidad, muchas cosas. Si, la ropa a menudo refleja nuestra personalidad, nuestro trabajo, lo que queremos hacer y lo que queremos que la gente piense de nosotros.
– Culturalmente, ¿hay códigos especiales o universales?
– En mi libro hablo de aquellos comportamientos que son universales, ya que provienen del área límbica del cerebro y las áreas son responsables de las emociones y nuestra supervivencia, por lo cual son universales. La cultura influye en los comportamientos, pero no controlan el cerebro límbico.
Ileana Bolívar (Libros & Letras/ Periodismo Sin Afán)
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