El Ministerio de Educación anunció recientemente el hallazgo de 97.000 casos de “estudiantes fantasmas”. Según la Procuraduría General de la Nación estos casos le costaron al país $116.000 millones que iban para el sostenimiento escolar de 60.000 niños en siete municipios y dos departamentos del territorio nacional.
Por su parte el Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, anunció hace pocas semanas otros 180.000 casos que al ser encontrados a tiempo le ahorraron al país cerca de $220.000 millones.
Frente a estos casos, la Procuraduría, la Contraloría y el mismo Gobierno Nacional han señalado que los recursos de educación se pierden o al menos se ponen en riesgo porque menores de edad objeto de los programas sociales no están siendo identificados.
Pero los únicos fantasmas no son los estudiantes. Por el lado de la salud también son cuantiosos los recursos que se han perdido según los entes de control, debido a enfermos fantasmas… muertos a los que se les practican cirugías; niños que nunca son atendidos pero sobre los que se hacen cobros. Todo un sistema en riesgo permanente por falta de una plena capacidad institucional para identificar con certeza a los usuarios.
Frente a este panorama, la modernización tecnológica que la Registraduría Nacional del Estado Civil ha adelantado en los últimos años aparece como el torniquete oportuno para frenar este desangre de recursos, tal y como lo reconoce la Ley Antitrámites, que le da a nuestra entidad una enorme responsabilidad en materia de verificación de la identidad de los colombianos a partir de su huella dactilar.
En desarrollo de la Ley Antitrámites, a mediados de julio empezamos a desarrollar uno de nuestros más ambiciosos retos de los últimos tiempos: lograr que todos los niños y niñas del país, desde los siete años de edad, cuenten con un documento de identidad biométrico, con altos estándares de seguridad, igual al que actualmente obtienen quienes al cumplir sus 14 años de edad renuevan su documento.
Tener una tarjeta de identidad con características similares a las de la cédula de ciudadanía permitirá evitar casos de suplantación del menor de edad, además de hacer más fácil el reconocimiento del joven debido a los cambios físicos propios de su proceso de crecimiento.
Los beneficios son innumerables para sectores como el comercio, la seguridad social y la defensa, si se tiene en cuenta que en el mediano plazo alrededor de 6 millones de niños y adolecentes hasta los 17 años serán plenamente identificados a partir del cotejo de su huella dactilar, como actualmente se hace con los mayores de edad.
Además de almacenar la información dactilar de los niños, niñas, adolescentes y de los ciudadanos mayores de 18 años, la Registraduría Nacional del Estado Civil, incorpora los datos biográficos de estas personas. Gracias a la normatividad vigente, esta información es salvaguardada por la Entidad bajo el concepto de Información de Seguridad Nacional.
La principal característica del sistema de identificación colombiano es que la base de datos Afis se comunica con la base de datos de registro civil, que contiene información del nacimiento, matrimonio y defunción de todos los colombianos. Por ello es posible que a partir de una huella dactilar, o incluso de sólo un fragmento de una huella, se pueda identificar no sólo a la persona a quien pertenece sino adicionalmente obtener los principales datos biográficos de los colombianos.
De manera paulatina la tarjeta de identidad rosada con la que hoy se identifican los niños y niñas desde los siete años y hasta los 14 años será eliminada y todos los menores de edad contarán con un documento de identidad más confiable y seguro.
Hoy nuestras bases de datos cuentan con cerca de 20 millones de huellas que corresponden a un millón 922 mil 232 adolescentes que entre agosto de 2008 y junio de 2012 se han acercado a tramitar su tarjeta de identidad biométrica.
La tarjeta biométrica para niños y niñas mayores de siete años permitirá que Colombia esté a la vanguardia de la identificación en el mundo, convirtiendo su sistema de identificación civil en uno de los más completos para la población.
Para lograr beneficiar a los niños desde los siete años de edad, haremos campañas masivas similares a las realizadas entre los años 2006 y 2009, cuando se desarrolló el proceso de renovación de la cédula de ciudadanía con hologramas, que logramos concluir de manera exitosa. Las campañas se realizarán principalmente en colegios y escuelas de todo el país, con el fin de lograr que ubicar a todos los menores de edad y garantizar que ellos cuenten con un documento de identidad seguro y el Estado Colombiano tenga un completo banco de datos de huellas dactilares que permita identificar plenamente a todos los colombianos mayores de siete años.
Hace algunos años nuestro reto fue eliminar los muertos del censo electoral. El proceso de renovación de cédulas nos permitió lograr este propósito. Ahora nuestro nuevo reto consiste en eliminar los estudiantes fantasma y demás formas de fraude y suplantación que afectan los sectores de educación y salud. Estamos seguros de que con nuestra experiencia y fortaleza tecnológica lo lograremos en un futuro cercano.
Por: Carlos Ariel Sánchez Torres
Registrador Nacional del Estado Civil
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