¿Asesinaron o no Pablo Neruda? El asunto es que cuando “el río suena”…
El 23 de Septiembre de 1973 el mundo se estremeció con la noticia de la muerte del autor de Confieso que he vivido el inolvidable Pablo Neruda y de inmediato, seguido de este estremecimiento, empezaron las dudas sobre su deceso. ¿No era extraño y coincidente que muriera 10 días después del brutal golpe de la CIA y Pinochet? ¿Y después de haber publicado Incitación al nixonicidio? ¿Y después de que Neruda continuara dándole todo el apoyo al presidente constitucional Salvador Allende?
Pero como se inició una incontenible represión, especialmente en contra de los intelectuales, entre ellos el asesinato del cantautor Víctor Jara, las dudas se fueron evaporando para evitar la reacción del dictador que estaba dispuesto a acabar con cualquier asomo de duda sobre quienes seguían las ideas de la Unidad Popular.
Pero treinta años después, se volvió a tomar el caso y hoy la justicia chilena está dispuesta a esclarecer las causas de la muerte de Neruda. Y quien ha estado dispuesto a que su fallecimiento no quede en la impunidad y en el olvido, el periodista e investigador español Mario Amorós decidió ponerse al tanto de la investigación y logró publicar en Abril de este año, un libro que ha puesto a pensar más de uno: Sombras sobre Isla Negra (B).
Aunque son hipótesis, los argumentos de Amorós son contundentes: ¿Por qué dijeron que había fallecido de cáncer si los médicos pinochetistas jamás fueron a la clínica? ¿Por qué los carabineros les pusieron tantos obstáculos –a Matilde y a Neruda- cuando se trasladaban de Isla Negra a Santiago? ¿Por qué no había médicos en la clínica dispuestos a recibir al poeta? ¿Por qué se demoraron tanto en atenderlo? ¿Por qué le fue administrado un medicamento por alguien que no era de la clínica?
Estas y muchas preguntas más son las que formula, con argumentos serios, el investigador español y que trata de darles respuesta en este angustioso libro de 250 páginas.
Sombras sobre Isla Negra es un libro dramático, porque el autor le hace sentir al lector el dolor de Matilde llevando a su poeta del alma desde Isla Negra hasta la capital chilena, las explicaciones a los militares, la soledad de la clínica, la ausencia de de los galenos, los ojos de dolor de Neruda y de pronto…la muerte. ¿Y qué hacer ahora estando muerto? Pinochet estaba al tanto de todo y ordenó todo tipo de tropiezos para que los chilenos no se sublevaran.
Qué buen libro, pero hay que tomarse una aspirina antes de iniciar la lectura porque le hará doler el alma a quien escribiera con el alma los poemas de amor y esa dulce canción desesperada.
Por Jorge Consuegra (Libros y Letras)
Excelente expresion del ALCON MARCANDO TERRITORIO, su mensaje profundo
y certero, nos da esperanza, que la juventud va por el camino adecuado.
Esto es lo que se debe motivar, para una mejor Colombia.
Gracias