Esta es la primera etapa del parque industrial ecoeficiente de San Benito, entregado por la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) a los más de 200 industriales dedicados al proceso de pieles del sector. A la fecha, se han vinculado 78 curtiembres.
Los curtidores de barrio San Benito que se unan al Parque Industrial Ecoeficiente tendrán importantes beneficios monetarios, que superan los seis mil millones de pesos, como el ahorro de $3.366.205.387 al año en consumo de agua, $2.378.914.925 por la reducción de insumos, $150.595.200 por la reutilización de sal y 597.107.428 por la disminución de sulfuro, entre otros.
Estas cifras están basadas en el estudio de factibilidad de la primera etapa del parque industrial ecoeficiente de este oloroso sector de la capital, presentado por la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), que concibe la construcción de una planta de pelambre y curtición y una de tratamiento de aguas residuales.
Según el estudio, los curtidores también tendrán ganancias por $628.320.000 al año por la obtención de un sebo sin químicos y por la disminución de los químicos en el proceso de descarne. Otros beneficios serán el control óptimo de las variables de cada proceso, asegurando una preparación optimizada, controlando el tiempo y adicionando las cantidades precisas de insumos.
Esto permitirá la disminución de la contaminación por la grasa y los sólidos totales que afectan diariamente al río Tunjuelo en este sector, ubicado en la localidad de Tunjuelito. En la actualidad, San Benito alberga 265 curtiembres ubicadas en 283 predios, y también afecta a la quebrada Chiguaza, a las aguas subterráneas, al suelo y al aire de la zona.
La futura planta pelambre y curtición que se contempla en el estudio prestará servicio de almacenamiento, preparación, remojo, pelambre, encalado, descarnado y dividido. Además de desencalado y purga, curtipiquelado, curtido, escurrido y rebajado. Esta planta producirá 70.000 pieles al mes, o sea unas 2.917 pieles al día. La industria de las curtiembres es la que más ingresos le genera al barrio San Benito, ya que el 98 por ciento de las curtiembres de la ciudad están ubicadas allí. Sin embargo, el ambiente, en especial la calidad del río Tunjuelo, se ha visto perjudicada.
Las 265 curtiembres de San Benito afectan tanto el recurso hídrico superficial, el subterráneo, el suelo y el aire. La gran mayoría de los vertimientos generados por estas industrias presentan variaciones de pH entre 2,5 y 12,0, afectando la vida acuática de las corrientes den Tunjuelo y de la quebrada Chiguaza.
Estas descargas presentan altas concentraciones de metales pesados, como cromo, además de sulfuros. Diariamente el río Tunjuelo recibe aproximadamente 200 kilos de cromo, representando daños para la salud y el ambiente. El cromo, dependiendo de su estado, puede llegar a ser cancerígeno.
Otro problema es el olor putrefacto de la zona, que fácilmente se puede percibir desde la avenida Boyacá, producido por la descomposición de materia orgánica y por la emisión de sulfuro de las aguas residuales. Además, las emisiones generadas por las calderas de los sistemas de secado, que en su mayoría usan ACPM, atentan contra el aire.
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