El operador público de aseo, Aguas de Bogotá, creó todo un operativo de recolección que funcionará las 24 horas en la séptima peatonalizada, con el fin de que los ciudadanos disfruten de un recorrido libre de residuos.
Aguas de Bogotá, ha puesto en marcha una estrategia que va desde recolección puerta a puerta hasta circuitos permanentes para recoger residuos con boogies y biciclos, en el tramo comprendido entre las calles 7 y 26. El servicio atenderá este corredor de domingo a domingo.
Todos los días de la semana, entre las seis de la mañana y las dos de la tarde, se realizará un circuito permanente con un boogie que se encarga de la atención de cestas públicas y la recolección de bolsas de barrido.
En horas de la tarde un compactador de 25 yardas hará la recolección domiciliaria de manera personalizada a residentes y comerciantes, con lo que se busca que no se presenten bolsas de basura sobre los andenes y se minimice la exposición de regueros ocasionados por habitantes de calle o mascotas. Como un refuerzo a la operación del compactador, en horas de la tarde se realizarán circuitos de atención a cestas con un biciclo.
Entre las 10 de la noche y las seis de la mañana, se realizará la recolección de residuos mixtos clandestinos (escombros que se revuelven con residuos domiciliarios, tejas, vidrios y similares). De igual manera, diariamente se realizan tres turnos de barrido en la mañana, la tarde y la noche.
A pesar de estos esfuerzos, para que todos los capitalinos y extranjeros disfruten de la carrera Séptima, es necesario que vendedores informales y ciudadanos en general, dispongan de manera adecuada los residuos, separen en la fuente, hagan uso de las cestas públicas y cumplan con los horarios y frecuencias de recolección.
La carrera séptima tiene temas pendientes por resolver como los vendedores ambulantes, las dificultades que enfrentan los vendedores tradicionales en sus finanzas ante las ventas callejeras que no pagan impuestos y son, por lo tanto, más baratas, un comercio informal que se ve como foco de inseguridad y una estética que degrada el ambiente de la más emblemática calle de la ciudad.
William Vallejo, consultor colombiano que desde hace 7 años trabaja en el Departamento de Transportes de Nueva York dijo en la cumbre Bogotá Río+20 acerca de la séptima: «la conozco y me parece una buena idea, pero creo que esa peatonalización parece más un corredor de personas y bicicletas que otra cosa. Las personas van caminando y si quieren detenerse, por cansancio o una llamada, no lo pueden hacer. Falta volver el lugar más atractivo. Hay que crear espacios cada dos cuadras, donde la gente se pueda sentar a socializar, a tomarse un café o, si es un turista, a mirar el mapa porque está perdido. Hay que crear espacios públicos y un sentido de comunidad».
La intervención de Aguas de Bogotá en la carrera séptima es una buena noticia, como también lo sería mejorar aspectos como la seguridad; recientemente una encuesta dice que el 81% de los transeúntes no se sienten tranquilos ya que ha aumentado la indigencia y la delincuencia común.
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