Este miércoles 4 de noviembre a las 8:00 a.m., se realizará una reunión para definir los proyectos productivos a fin de asignar rubros de dineros recaudados por la comunidad con énfasis social. Estos recursos se encuentran depositados en la Tesorería distrital. Allí se definirán pautas de funcionamiento y control de los comedores comunitarios en la localidad de Kennedy.
Los beneficiarios de los comedores comunitarios podrán hacerle seguimiento y control social a la política de seguridad alimentaria, que el Distrito viene materializando en los comedores comunitarios, entre otros escenarios.
Gracias a la capacitación y acompañamiento realizó la Veeduría Distrital, en alianza con la Secretaría de Integración Social, cerca de 500 líderes y organizaciones sociales vinculadas a este proceso pasarán a ser sujetos activos del derecho a la alimentación, asó como aportar a la consolidación de la política.
Precisamente, ellos recibieron el pasado 29 de octubre un certificado que los acredita como personas comprometidas con los procesos de organización, formación, fortalecimiento y control social de los comedores comunitarios de Bogotá.
“El ejercicio del control social apunta a que los ciudadanos tengan vigentes sus derechos. Si esto es posible, estaremos contribuyendo al ejercicio de una ciudadanía activa”, explicó la Veedora Distrital, María Consuelo del Río Mantilla. Por su parte, la Secretaria de Integración Social, Olga Isaza de Francisco, se mostró de acuerdo al manifestar que la concreción de este proyecto, depende del trabajo propositito y responsable de la ciudadanía.
Si bien es cierto que los comedores comunitarios -creados como parte importante del programa Bogotá Sin Hambre del entonces alcalde Luis Eduardo Garzón- benefician en forma directa a 94 mil 100 personas todos los días, hay quienes de manera indebida sacan provecho de los comedores comunitarios para recibir alimentación sin tener derecho a ello.
Los comedores fueron creados con el ánimo de restablecer el derecho a la alimentación de las personas que viven en condiciones de extrema pobreza y para divulgar hábitos de nutrición saludable. Asimismo, el público objetivo al que van dirigidos comprende a familias en condiciones de vulnerabilidad y pobreza de estratos uno y dos con nivel Sisbén uno y dos; también a niños, mujeres gestantes, madres lactantes, adultos mayores, personas con serias limitaciones físicas, desplazados e individuos que habitan en la calle.
No obstante, un estudio realizado por el investigador Jairo Núñez para la Personería de Bogotá, dejó al descubierto que de las 94.100 personas beneficiadas cada día por los comedores comunitarios, 18 mil 800 no viven en condiciones de pobreza absoluta y tienen un trabajo. «Es obvio que quienes van a los comedores no son ricos pero hay quienes no necesariamente requieren de una atención de esta naturaleza», explica Núñez.
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