Se ha propuesto la construcción de una política pública de eficiencia energética, iniciativa que busca generar las condiciones para el uso racional y eficiente de energía, fomentando e implementando el uso de energías alternativas no convencionales y tecnologías ambientales en Bogotá, contribuyendo así, al mejoramiento de la calidad de vida de los bogotanos, diversificando y asegurando el suministro de energía, protegiendo los ecosistemas, los recursos naturales y secundando a la erradicación de la pobreza en el marco de un desarrollo sostenible a corto, mediano y largo plazo.

Para la concejal Ati Quigua, es prioritaria la inclusión de este tipo de políticas, en donde se haga uso eficiente de la energía, debido a que Bogotá se encuentra debajo del promedio nacional en cuanto a políticas de energía y C02 y en especial en la implementación de fuentes de energía limpia o alternativa.

Bogotá se encuentra entre las 40 ciudades más contaminadas del mundo, al igual que sus áreas circundantes en Cundinamarca, que consumen el 24% de la energía total gastada por Colombia, convirtiéndola en la tercera de ciudad de América Latina de con mayor nivel de contaminación ambiental y la primera del país.

Las localidades más contaminadas de Bogotá son: San Cristóbal, Kennedy y Fontibón. Las fuentes móviles como carros, buses y motos generan el 65% de la contaminación del medio ambiente en la ciudad. El otro 35% lo generan las fuentes fijas, como fabricas, chimeneas, entre otros.

Además la creación de políticas públicas que permitan el desarrollo de energías renovables, se hace necesaria y representa una gran importancia debido a las agudas necesidades energéticas mundiales, y a que se convierte en una ventaja comparativa que catapultaría como líder a cualquier país en el sistema internacional.

Existen diversas fuentes de energía disponibles a nivel mundial que son ambientalmente sostenibles, pero que en Colombia no son empleadas o son utilizadas de manera marginal y no se comercializan ampliamente, como son: la energía solar, energía eólica, geotérmica, biomasa, entre otras.

La idea con esta iniciativa de la concejala Ati Quigua, es que se haga uso de este tipo de energías y a su vez se implementen tecnologías ambientales que sean utilizadas en actividades industriales, comerciales o de servicio, logrando como resultado que durante todo el proceso de producción se genere el mínimo impacto sobre el medio ambiente, los recursos naturales renovables y la salud humana.

Estas tecnologías ambientales deberán cumplir las normas y estándares de emisiones al aire, además de lograr los siguientes objetivos:

– Disminuir la generación de contaminantes, tanto en cantidad por unidad de producción como en toxicidad y peligrosidad.

– Reducir la utilización de recursos naturales y de energía por unidad de producción.

– Reutilizar y reciclar subproductos o materias primas por unidad de producción o incorporar a los procesos materiales reciclados.

El gobierno nacional y el distrital deben establecer unas directrices que permitan la implementar estas medidas en los proyectos de urbanización e impulsar en los colegios oficiales campañas de aprendizaje sobre la importancia de la eficiencia energética, uso y fomento de energías alternativas y tecnologías ambientales en los hogares, colegios, industrias, entre otros.