El artista cartagenero Oswaldo Maciá resultó ganador del Primer Concurso Internacional Museo a Cielo Abierto con una obra sonora que, según el concepto de los jurados, revolucionará el arte latinoamericano.
El concurso fue lanzado por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, la Fundación Escuela Taller de Bogotá y la Transportadora de Gas Internacional- TGI SA ESP, con el objetivo de buscar una nueva visión del arte público en la ciudad que se alejara del tradicional monumento conmemorativo.
Entre las 89 propuestas que se recibieron, el jurado escogió la obra de Maciá, Escenario en Construcción, compuesta por 5 cubos y 5 conos construidos en acero corten, de donde saldrá el sonido de los llamados de las 1.900 especies de aves que existen en Colombia.
Según el artista, la idea “es crear un escenario que hable de los recursos que nos hacen realmente un país rico y líder en esta materia. Colombia posee una de las mayores biodiversidades del planeta con alrededor de 54.876 diferentes especies. También tenemos la mayor diversidad de aves en el mundo con más de 1.900 especies, de las que 1.500 se encuentran en peligro. El canto de las aves será un llamado constante de atención a su conservación como patrimonio del país”.
Maciá recibirá 200 millones para realización de la pieza, que será inaugurada a finales del 2015. La escultura estará ubicada en la rotonda de la calle 19 con carrera 3, en el sector de Las Aguas.
‘Una obra que revolucionará el arte’
Entre los jurados del concurso se encuentra Cuauhtémoc Medina González, uno de los más influyentes curadores y críticos de arte en América Latina; Lucrezia Cipittelli, curadora e investigadora con doctorado en Historia del Arte de la Universidad La Sapienza en Italia; Ana Patricia Gómez, arquitecta de la Architectural Association de Londres; y Fernando Cortés, arquitecto con Máster en Urbanismo de la Universidad de París VIII.
Los jurados destacaron las cualidades avanzadas de la obra de Maciá como su condición sensible más que material, el carácter de reverberación y memoria de la experiencia en el espectador más allá del espacio físico de la pieza, y el efecto a la vez delicado y poderoso que ofrece al ciudadano.
“Esta estrategia de intervención es una forma de activación del espacio anónimo urbano, transformando el lugar en un sitio de articulación entre el territorio urbano y la naturaleza circundante (los cerros). La propuesta potencia esta relación introduciendo una dimensión sonora de la naturaleza en la ciudad, lo cual incentiva la reflexión en el espectador”, indicaron los jurados.
El artista Oswaldo Macía
El artista, que desde hace 20 años reside en Londres, comenzó sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes (Cartagena) y luego estudió pintura mural en La Escuela Llotja (España). En el London Guildhall University obtuvo su licenciatura en Escultura y en el Goldsmith’s College de la Universidad de Londres alcanzó su Maestría en Artes.
Las inusuales esculturas de Maciá buscan no sólo replantear el papel que tienen los sentidos (en especial el olfato y la audición) en la formación del conocimiento sino también cuestionar los límites del lenguaje en la formulación de las certezas sensibles. Lo anterior a través de esculturas sonoro-olfativas que crean experiencias poco familiares para el espectador, en donde la pregunta por su manera de percibir es la base del encuentro entre la obra y la audiencia.
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