Mientras avanza el proceso de postproducción de la película colombiana La Sirga de William Vega, ésta acaba de recibir el estímulo de producción del Fonds Sud Cinéma. Con este premio, la película producida por las empresas colombianas Contravía Films y Burning Blue, en coproducción con Ciné Sud Promotion de Francia y las empresas mexicanas Tiburón Films y Puntoguionpunto, completa ya varios estímulos para su realización.

Actualmente la película filmada en 35mm está terminando su montaje con el argentino-mexicano Miguel Schverdfinger. Desde principios de 2012, el director y guionista William Vega viajará a México y Francia para culminar los procesos de posproducción y poder hacer su lanzamiento nacional e internacional en el transcurso del primer semestre del año.

Para La Sirga, este galardón viene a sumarse a los estímulos de escritura y producción de largometrajes del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico de Colombia y del programa Ibermedia en las modalidades de desarrollo y coproducción. Asimismo, La Sirga como proyecto participó de los Encuentros de Coproducción del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias; en Australab del Festival Internacional de Cine de Valdivia; las Manheimm Meetings realizadas en el festival de cine de esta ciudad alemana; el Festival Internacional de Cine en Guadalajara y Cine en Desarrollo del Festival de Toulouse. Además, su director fue ganador de la beca-residencia de la Fundación Carolina-Casa América, España en 2009.

La Historia
Alicia lo ha perdido todo. Sin ninguna pertenencia, huye de la violencia armada del campo donde ha perdido a sus seres queridos. Escapa atravesando el frío y la densidad del páramo hasta llegar a La Cocha, una enorme laguna en lo alto de los Andes colombianos.

En medio de la niebla, busca a su tío Óscar, el único familiar que le queda, un hombre solitario que ha desaparecido hace años y que vive en La Sirga, un hostal de madera a punto de caerse a orillas de la gran laguna. Alicia llega para rehacer su existencia y Óscar la acoge a cambio de su trabajo en la reconstrucción del hostal. Mientras él avanza en la obra de un criadero de peces que le evitará la incertidumbre de la pesca, Alicia se acostumbra a su nueva labor; la compañía de Flora, una campesina lugareña, y de Gabriel, un enigmático mensajero de la laguna que la corteja, permiten que Alicia sueñe con echar raíces en este lugar.

Pero la niebla trae nuevos rumbos. Cuando Alicia y el hostal están a punto de ser restaurados, la amenaza del conflicto armado aparece de nuevo. El regreso de Freddy, el hijo que Óscar esperó durante años, traen hasta La Sirga lo que Alicia más teme. Ella tendrá que decidir si quedarse o volver a escapar, antes de que se repita el horror de la violencia.

Ser más que actuar
“Es la historia de una mujer que busca reconstruirse, levantarse de sus cenizas, y todo ocurre bajo ese techo que se llama La Sirga, buscando ese nuevo lugar para echar raíces. Se enclava alrededor de La Cocha, de sus mitos, de sus habitantes, sus creencias e idiosincrasia. Es por eso que su narración va a la velocidad de la neblina del lugar cuando baja, pero también da giros en espiral y se despeja rápidamente por ráfagas de viento que lo descubren todo por momentos.

Estar acá es una forma de equilibrar lo que quiero hacer en la puesta de escena, un rodaje muy íntimo, contando con las personas absolutamente necesarias, dejando que la realidad también penetre y aporte elementos muy sinceros dentro de la construcción de esa ficción.

Acá las cosas cambian de un momento a otro, el clima cambia mucho y esos cambios hacen que te cambie la mirada, la óptica de las cosas, lo que tratamos es no ser una oposición a esa realidad y en vez de esto, que se genere un espacio muy religioso alrededor del rodaje, donde se les permita a los actores ser, existir, más que actuar en las escenas”, dijo William Vega desde la fría laguna de La Cocha.