La fiebre de las olimpiadas de Londres se vivió con la misma pasión en el colegio distrital San José (localidad de Kennedy), donde se reunieron 1.584 estudiantes, que sin traje deportivo o estado físico envidiable se le midieron a la octava versión de las Olimpiadas de Matemáticas que celebra esta institución.
Esta vez no fueron las pruebas de fútbol, natación o tenis las que pusieron a sudar a los participantes, sino complicadas ecuaciones matemáticas, problemas trigonométricos e interrogantes de física a los cuales se le midieron los competidores de estas olimpiadas que lograron convocar a 75 colegios de Bogotá y municipios de Cundinamarca.
La rectora del colegio San José, Marlén Mogollón Carvajal, destacó la importancia de esta competencia que año por año toma más fuerza en la institución: “Las matemáticas han sido como el ‘coco’ de los niños, nosotros queremos a través de esta actividad sensibilizarlos a ellos, que le cojan amor a las matemáticas y vean que realmente es un área muy linda y no es tan difícil como muchos han considerado siempre”.
Los mejores matemáticos de los colegios subieron al pódium, no en grupos de tres como se premia cualquier disciplina, sino en grupos de 10 estudiantes en cada una de las cuatro categorías, quienes a cambio de oro, plata y bronce, recibirán bonos para los parques Mundo Aventura, Salitre Mágico y Maloca, un paseo por una reserva natural de la Empresa de Acueducto, un kit escolar completo. El mejor de cada categoría recibirá un pase para disfrutar cualquier servicio de Compensar durante tres meses.
Esta atípica competencia, que puso a prueba a los estudiantes de bachillerato en cuatro categorías, constaba de 20 preguntas de selección múltiple en las que los participantes debían resolver situaciones de la vida cotidiana a través de los números y las operaciones matemáticas. Fernando Jaramillo, docente del Colegio San José fue el organizador de esta olimpiada.
Este evento también sirvió para estrechar los lazos de amistad entre las instituciones públicas y privadas de Bogotá y Cundinamarca, además para hacer un llamado a la sana convivencia, pues una vez terminada la prueba, tanto docentes como estudiantes plasmaron un ¡NO! al matoneo y la violencia en las aulas.
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