Bogotá no cuenta con una buena calidad del aire. Los ciudadanos respiran aire contaminado, producido principalmente por vehículos automotores que causan un grave perjuicio para su salud.  Con cifras en mano el concejal Miguel Uribe Turbay, demostró que la capital del país está lejos de ser un entorno agradable para respirar bien.

De acuerdo con la investigación realizada a la calidad del aire que respiramos a diario en Bogotá, contiene material particulado o PM10, presente en el polvo, cemento, hollín, entre otros. El PM10 es el mayor referente en materia de contaminación del aire, nocivo para la salud. Ya que tiene la capacidad de llegar hasta los pulmones. Este material es producido en mayor porcentaje por los vehículos que usan combustible diesel y es el contaminante con mayor número de excedencia sobre la norma que controla la concentración de material particulado.

Según Uribe Turbay, mientras que la Organización Mundial de la Salud, OMS, recomienda niveles de 20 y 50 ug/m3 (microgramos por metro cúbico) para el promedio anual y consolidado diario respectivamente, los límites máximos para Bogotá están en 50 ug/m3 y 100 ug/m3. “Según el Observatorio Ambiental de Bogotá el promedio anual de PM10 en la ciudad en el 2012 fue de 47,63 ug/m3. Es decir, aun cuando estamos cumpliendo la norma nacional, el aire que respiramos los habitantes de Bogotá no es limpio y no está dentro de los niveles recomendados por la OMS”, aseguró.

“Es importante que la Administración Distrital tenga en cuenta los graves efectos que producen el PM10 sobre la salud de los ciudadanos. Como consecuencia a la exposición de estas partículas contaminantes se aumenta el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como de cáncer de pulmón”, agregó.

Según un informe publicado por la Universidad de los Andes y la Universidad Nacional sobre los niveles de material particulado en algunos colegios del Distrito que se encuentran ubicados en vías principales, los datos arrojados son preocupantes, se encuentra una concentración entre 87 y 91 ug/m3 de PM10. A los niños se les midió su función pulmonar y, la evidencia médica, demostró que esos niños estaban sufriendo problemas respiratorios importantes.

“Teniendo en cuenta que los buses, microbuses y camiones, equivalente al 7% de la flota vehicular en Bogotá produce el 46.5% de los contaminantes del aire, el concejal propuso que la política pública tendiente a mejorar la calidad del aire debe dirigirse preferiblemente a ese tipo de vehículos que en su mayoría son de transporte público; así mismo, es necesario crear un mecanismo de diagnóstico sobre la exposición real que tienen los ciudadanos al aire contaminado, por lo que es urgente iniciar la creación de una Red de Monitoreo de la exposición de los ciudadanos al PM10, para establecer políticas adecuadas”, destacó el concejal.