Se realizó en el Concejo de Bogotá, convocado por la Concejal Martha Ordóñez, el Foro «Morral liviano creciendo sano» en el que se analizó los riesgos y consecuencias en la salud de nuestros niños, niñas y adolescentes producto del sobrepeso de sus morrales escolares.
Los morrales escolares son una ayuda increíble a la hora de ir a la escuela. Sin embargo, si no son bien utilizados, pueden llegar a convertirse en una carga de efectos impredecibles a futuro para la salud del estudiante.
Desde la década de los noventa se han dado a conocer diversos estudios científicos que alertan sobre las consecuencias inmediatas y a futuro en la salud de los estudiantes que llevan el doble de peso que deberían cargar en sus morrales, entre ellas dolores de espalda, problemas musculares y óseos, además del estrés y el agotamiento por el esfuerzo requerido para llevar este tipo de cargas en sus hombros y espalda.
En países como Italia, Argentina y Francia ya existen leyes y legislación que regula este tema y establecen medidas como que el peso del morral escolar no debe ser superior al quince por ciento del peso del niño, el tamaño debe ser igual o inferior al del torso del menor y que este debe apoyarse en el medio de la espalda y no extenderse más allá de la parte inferior de la misma.
Con respecto a Bogotá vemos que los estudiantes, sobre todo de los colegios privados y especialmente en los primeros grados, van a sus colegios con morrales con cargas excesivas, situación que puede ir en perjuicio de su salud si tenemos en cuenta que muchos de estas niñas y niños tienen que hacer al año cerca de 344 recorridos de ida y regreso a su casa, distancias entre 5 y 30 minutos por recorrido.
Tomando como referencia las recomendaciones de investigadores la Concejal Ordóñez sugirió para trabajar el tema el uso de casilleros en los planteles educativos, campañas de prevención en el interior de las instituciones educativas, usar material digital, fomento de bibliotecas escolares y que las editoriales diseñen textos por módulos o periodos académicos para aligerar la carga de los libros.
Se busca que los colegios hagan un esfuerzo para evitar el exceso de útiles de sus estudiantes. A pesar de los avances de la era de la tecnología, los morrales van atiborrados de todo tipo de materiales: diccionarios, discos, agendas, cuadernos, libros de texto a los que se les añaden de forma didáctica, los libros de trabajo, reglas, calculadoras, etc., todo lo cual aumenta excesiva e innecesariamente la carga llevada, llegando incluso a producir cifosis, una deformación de la columna producida por sobrepeso y no por malas posturas.
Muy interesante, peero, mucha carreta!. Una sugerencia sobre tiendas para adquirir morrales escolares con esas características?, porque no pesa solo los útiles…los morrales son pesadísimos, sean de Totto, o de San Victorino!… sean más prácticos!, toda esa carreta ya la sabemos.