Un estudio del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), en convenio con la Secretaría Distrital de Planeación de Bogotá, evidencia la inconveniencia de continuar con la estratificación en la ciudad, figura que a través de los años ha favorecido el arraigo de estereotipos sociales.
Desde hace más de 30 años, Bogotá dividida por clases o estratos, ha marcado la vida social y económica de sus habitantes en muchos aspectos, para afianzar estereotipos (imaginarios), sobre cómo la gente habla, viste o se comporta; y que eso supuestamente define su cultura, importancia y buen nombre.
El estudio fue encabezado por el investigador Francesco Bogliacino, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas, y los asistentes de investigación Laura Jiménez Lozano y Daniel Reyes Galvis, que ahora llevarán a cabo una minuciosa revisión de la literatura sobre el tema y realizarán un estudio de corte experimental, con cerca de 1.000 participantes mayores de 25 años y no pertenecientes a la población estudiantil.
La investigación se llamó: “Incidencia de la estratificación socioeconómica urbana sobre la segregación de los hogares bogotanos”, proyecto del CID de la Facultad de Ciencias Económicas de la U.N., en convenio con la Secretaría Distrital de Planeación; y enfatizó que los estratos continúan siendo un instrumento que aviva estereotipos que desfavorecen, sobre todo, a las personas con menores recursos.
Otra conclusión es que la división de la población en seis niveles socioeconómicos, ha establecido la falsa idea de las jerarquías en las relaciones de poder. Sin embargo, se infiere que el aspecto más preocupante sobre este instrumento –creado para focalizar las políticas públicas–es fomentar la segregación y discriminación.
El estudio sugiere plantear la posibilidad de remplazar la estratificación, teniendo en cuenta la garantía actual de cobertura de los servicios públicos en toda la ciudad, la cual se logró, precisamente, con el apoyo de la implantación de este modelo. Se evidenció de igual manera, la existencia de estereotipos de estrato, en la medida en que los de mayor poder adquisitivo tienden a desconfiar de aquellos de niveles más bajos.
Recomendaciones
Los investigadores del CID confirmaron que el principal determinante de la segregación es la desigualdad, por lo tanto la forma más efectiva para combatirla es a través de políticas de redistribución que sean efectivas y sistemáticas. Además, ratificaron que la distribución desigual de bienes públicos a lo largo de la ciudad afecta negativamente la segregación. Parques, colegios, transportes y oferta cultural tienen que ser distribuidos de manera más homogénea a lo largo de la ciudad.
A través de este trabajo, sus gestores invitan a las autoridades a tener mayor regulación y control riguroso sobre las posibles fuentes de burbujas (como la circulación del crédito), lo cual tendría efectos sociales positivos. En la actualidad, los precios desregulados de vivienda y un papel dual de los organismos públicos en este mercado pueden generar dinámicas circulares que sostienen los procesos de segregación.
El objetivo de la estratificación era establecer un sistema de subsidios cruzados, en el cual los estratos con mayores recursos económicos contribuían a subsidiar los servicios públicos domiciliarios de los de menos ingresos. Pero en la actualidad, de acuerdo con el estudio, no tiene sentido mantener la estratificación, pues existen fuentes mucho más confiables para determinar la capacidad de pago, desde fuentes tributarias hasta las encuestas específicas relacionadas con la política de subsidios.
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