Se ha vuelto tradicional recorrer las calles de Bogotá y encontrarse con Acacio, un ciudadano bogotano que camina las calles de Bogotá con sus 23 perros.

Al hablar con él sobre cómo alimenta toda esta cantidad de perros solo se limita a decir «yo no los alimento, a ellos los alimenta Dios, él es el que da todo para que ellos coman».

Son más de 15 años los que lleva recogiendo los perros que encuentra abandonados en la calle y los adiestra para que sean su compañía. «Cuando uno se enferma o está muy malito ya, lo entrego a las autoridades para que lo curen y si me lo quieren devolver sigo con él» dice Acacio.

La carrera 15 es una de las preferidas por este «adiestrador» canino donde los transeúntes donan comida o dinero para el mantenimiento de los acompañantes de Acacio los que reúne, todos de diferente raza. «Ellos son muy tranquilos si no se les molesta y se dejan uno quietos. Una vez atacaron a una señora en la calle 85, pero porque ella los provocó, de resto no hacen nada».