Del 1 al 7 de agosto se celebra en más de 170 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna, destinada a fomentar la lactancia materna, o natural, y a mejorar la salud de los bebés de todo el mundo. Según la Alianza Mundial pro Lactancia Materna, coordinadora de los eventos, la lactancia natural es el mejor modo de proporcionar al recién nacido los nutrientes que necesita. La OMS la recomienda como modo exclusivo de alimentación hasta los seis meses de edad.
En Colombia y con el fin de rescatar el conocimiento adquirido de las abuelas sobre la importancia de la lactancia materna, Nueva EPS habló con algunas de ellas que expresaron, sin tapujos, su preocupación por el futuro de la salud de los niños en la actualidad.
Amamantar es una palabra que ya no hace parte del vocabulario de la mujer moderna y ésta es la mayor preocupación de cientos de mujeres mayores de 50 años que buscan rescatar con su testimonio esta práctica que previene enfermedades en la madre y el recién nacido y fomentan la participación en los programas prenatales de promoción y prevención que adelanta la entidad.
“En Nueva EPS hay un programa completo de control prenatal que prepara a la pareja para ser padres. Dentro de los cursos está el de disposición para la lactancia, donde un equipo multidisciplinario enseña acerca de los riesgos que corren madre e hijo al no alimentar con leche materna”, afirmó Elizabeth Guarín, coordinadora de poblaciones específicas de la EPS.
En el curso, las madres y los padres, aprenden sobre los beneficios de la leche materna para el bebé, “este preciado líquido fomenta el desarrollo sensorial y cognitivo; protege al niño de las enfermedades frecuentes en la infancia tales como la diarrea o la neumonía y de dolencias crónicas como la diabetes que es una de las principales causas de muertes de adultos en el país. Además ayuda a una recuperación más rápida de las enfermedades”, confirmó la profesional.
Continuando con las contribuciones está el desarrollo de los músculos de la cara y el cuello del bebé, gracias los movimientos en la succión y en la deglución, los cuales son importantes para las habilidades de la alimentación y el habla.
La nutrición del lactante y del niño pequeño es la piedra angular del desarrollo infantil. Según la Organización Mundial de la Salud – OMS, cerca de un 30% de la población mundial de menos de 5 años tiene retraso del crecimiento por falta de este líquido.
Dato de interés
• En un estudio publicado en el 2010 sobre nutrición, la leche materna es la primera comida natural para los lactantes. Aporta toda la energía y los nutrientes que el niño necesita en sus primeros meses de vida, y sigue cubriendo la mitad o más de las necesidades nutricionales del niño durante el segundo semestre de vida y hasta un tercio durante el segundo año.
¿Qué beneficios hay para las madres que lactan?
– Disminuye la hemorragia posparto, la anemia y la mortalidad materna.
– Disminuye el riesgo de cáncer en el seno y útero o en los ovarios.
– Ayuda a recuperar la figura corporal.
– La lactancia incrementa el amor entre la madre, el hijo y la familia.
– La lactancia materna es ahorrar dinero y tiempo, ayudando a la canasta familiar.
La leche materna fomenta el desarrollo sensorial y cognitivo es decir que:
1. Ayuda a que madure el sistema nervioso central.
2. Provee nutrientes, previniendo así la mala nutrición.
3. Previene las anemias porque la leche suministra el hierro necesario durante los primeros seis meses de vida.
4. Contribuye al desarrollo físico y mental.
5. Aumenta y suministra las defensas que protegerán a su bebé de gripas, diarreas y reacciones alérgicas.
6. Facilita la maduración de los órganos del sistema digestivo.
7. Ayuda al desarrollo del coeficiente intelectual.
Las recomendaciones de la OMS y Unicef para que las madres puedan iniciar y mantener la lactancia materna exclusiva durante 6 meses:
• Que la lactancia se inicie en la primera hora de vida,
• Que el lactante sólo reciba leche materna, sin ningún otro alimento ni bebida, ni siquiera agua,
• Que la lactancia se haga a demanda, es decir, con la frecuencia que quiera el niño, tanto de día como de noche.
• Que no se utilicen biberones ni chupetes.
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