En 1999 el Fondo de Prevención vial lanzó una campaña para reducir el número de accidentes por embriaguez al volante. La recordada frase, la tengo viva, causó un impacto enorme, y de hecho, las cifras de accidentalidad por esta causa, y el consumo de licor, disminuyeron.

En Colombia, el sistema de salud es subsidiado por la industria licorera y el negocio de las loterías, por lo que la disminución en la ingesta de productos alcohólicos genera grandes impactos en lo relacionado con la salubridad. Estas son las contradicciones de un país que se rige por una doble moral, y es este el tema que se delinea, a partir de una retrospectiva de 40 años de historia en la lucha contra las drogas, en el documental del director colombiano Alessandro Angulo Brandestini, Ilegal.co

Desde el punto de vista económico Ilegal.co nos enfrenta con una realidad que resulta abrumante por lo ingenua, tal vez: las drogas no van a desaparecer porque tienen un mercado, en ese caso urge preguntarnos: ¿la política actual es la mejor estrategia?

Aunque generan baches en la memoria, las drogas también tienen historia
A finales del Siglo XX, Sigmund Freud descubrió que la cocaína era útil para los pacientes que sufrían de depresión; sin embargo, la historia de las drogas se remonta a épocas ancestrales, como el opio para los asiáticos, la mata de coca para los indígenas y el vino para los griegos.

Pareciera que el ser humano está en una constante búsqueda de estímulos que sólo se alcanzan a partir de estimulantes ajenos a la mente, sustancias que en un principio son concebidas con fines curativos, místicos e incluso religiosos, pero nunca narcóticos.

Como droga se conoce toda sustancia que altera el funcionamiento normal de la psiquis humana. El alcohol entonces, es una droga, y en los años 20 fue prohibido su expendio en los Estados Unidos. Al Capone hizo temblar a la ciudad de Chicago distribuyendo licor al 50% de la población.

Más que alegrar las fiestas y encuentros sociales, este líquido con ciertas propiedades químicas desinibidoras, desató una guerra entre el Estado y los traficantes, dejando consigo miles de muertes, guerra, sangre y miedo. Algo muy similar a lo que pasa en Colombia y varios países latinoamericanos como México, Bolivia y Perú y que se trata en Ilegal.co

¿Será que en 20 años vamos a mirar atrás y pensaremos en lo absurdas que eran aquellas épocas donde las drogas estaban prohibidas? ¿Será que pasará lo mismo que ocurrió en 1920 con el alcohol en Estados Unidos? Porque actualmente, la cerveza Budweiser es casi parte del escudo norteamericano.

Esta cuestión se plantea en el documental a manos de reconocidos teóricos como Noam Chomsky, en donde se hace una retrospectiva a 40 años de historia en la lucha contra las drogas. Surge entonces la pregunta sobre la política prohibicionista y la guerra contra las drogas como una opción sostenible o no, y, el antiguo debate sobre la legalización.

Los monopolios psicotrópicos
Siete capítulos marcan un ritmo intenso que se logra a través de un montaje magistral que se vale de técnicas como la animación, la entrevista, y sobre todo, un arduo trabajo en la recolección de imágenes de archivo. La película es un documental de autoridad, en el cual, en ningún momento se intenta amalgamar a las audiencias en una única idea, por el contrario, mediante figuras retóricas, personajes públicos conocedores del tema, economistas e investigadores culturales, Ilegal.co plantea una problemática que no sólo ha afectado a Colombia, sino al mundo entero y de la cual, el público sacará sus propias conclusiones.

La imagen, más que conflictuar a los espectadores sobre una realidad nociva y desesperanzadora, expone un panorama del cual todos hacemos parte. Uno en donde el factor económico es la columna vertebral de una guerra en donde la connotación moral, el bienestar y la libertad de expresión pasan a un segundo plano en desenfoque.

Las redes de la mafia se mueven en monopolios a los que el Estado, de una u otro forma, legitima mediante la prohibición, haciendo que los precios de las drogas se mantengan «protegidos» a partir de la eliminación de pequeños carteles emergentes y jíbaros callejeros, delegando el negocio a los grandes capos en una gran red, que se mueve desde los banqueros, quienes lavan los dineros turbios, los productores de armas, que alimentan esta guerra y los productores de insumos, que son la base de la producción.

El documental plantea el problema de la legalización como la caída de estos monopolios, ya que los dineros provenientes de este negocio pasarían a dividirse en mayores manos. Más que un problema de salud pública, es un tema financiero, ya que las personas que generarían adicción a las drogas si éstas se legalizan, son adictos a ellas incluso en la ilegalidad, por lo que la prohibición no impide, ni ha impedido, el acceso a las sustancias.