Son muchas la construcciones sin terminar las que se eriguen en Bogotá y que sirven de refugio para consumidores de sustancias psicoactivas y raponeros y que cada día se ven como verdaderos «elefantes blancos». Uno de ellos está localizado en el barrio San Joaquín Norte en la localidad décima de Engativá. Este proyecto inconcluso se encuentra en lo que parece un perfecto hotel cinco estrellas para los delincuentes, quienes siembran el terror entre la comunidad.
El verdadero propósito de la construcción es ser el salón comunal del barrio, pero debido a la falta de atención por parte de las entidades se ha convertido en un lugar inseguro, denunció el edil de la localidad Jairo Jaramillo.
“Son ocho meses desde que la obra se detuvo, por ello solicito atención urgente por parte del IDPAC, pues la demora en la construcción ha hecho que el lugar se convierta en un verdadero hotel de paso para los consumidores de sustancias psicoactivas y delincuentes” denunció el cabildante local.
La comunidad tambié se ha mostrado preocupada por este hecho. «La inseguridad en la localidad ha incrementado y este es uno de los puntos más críticos», dijo Viviana Claro, conciliadora de la junta del barrio San Joaquín Norte.
Pero lo más preocupante para la comunidad es que la obra protegida tan solo por una polisombra verde, se encuentra dentro del único parque de la zona colocando en riesgo a más de 800 niños de los barrios San Joaquín Norte, la Estrada, El Laurel, San Joaquín Viejo y El Paseo, afirmó el edil Jaramillo.
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