Alumnos de grado 11 de la Institución Educativa Fray José Ledo de Chaguaní (Cundinamarca), a partir del método científico aprendieron a detectar el exceso de carbohidratos en sus meriendas, lo cual les ayuda a evitar su consumo y así prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad. Los jóvenes lograron identificar el exceso de polisacáridos en sánduches, empanadas o paquetes de papas fritas, alimentos habituales en sus loncheras. Durante el metabolismo, los almidones de estas biomoléculas se convierten en grasas que se acumulan en el tejido adiposo y las arterias. Ahora los jugos naturales ya hacen parte de la lonchera de los estudiantes.
Algo similar sucede con los disacáridos, un compuesto de las golosinas, vistas también con frecuencia en las onces, indica Tatiana Alejandra Huertas Navarro, magíster en Enseñanza de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.). En dicho contexto, la profesora ideó una metodología de enseñanza basada en la experimentación con el fin de que los 23 estudiantes que participaron en el estudio adquirieran conocimientos para armar loncheras saludables y balanceadas.
La falta de equipos especializados en el laboratorio de la Institución Educativa no fue un impedimento, los estudiantes usaron tubitos de escarcha como tubos de ensayo, además se las ingeniaron para conseguir jeringas y pipetas. Luego, teniendo en cuenta las indicaciones de la docente, tomaron un pedazo de un alimento –una empanada, por ejemplo–, lo trituraron, calentaron y le añadieron ácido clorhídrico y una pequeña dosis de un reactivo de reconocimiento.
Si el pedazo de empanada toma una tonalidad morada, los alumnos entienden que tiene una alta concentración de carbohidratos, los cuales, en este caso, ya no cumplen su función de suplemento energético sino que se vuelven perjudiciales para la salud. Por el contrario, si el pedazo de alimento se torna rojo ladrillo, los jóvenes saben que es necesario hacer otra prueba con nuevos reactivos de reconocimiento con el fin de determinar la presencia de disacáridos.
A partir de esta iniciativa, los estudiantes, junto a las directivas del colegio, crearon un pico y placa de paquetes, un día a la semana en que quedan “prohibidas” las harinas y la comida chatarra. En su lugar, traen frutas, las cuales aportan otro tipo de carbohidratos más beneficiosos para el organismo. Del mismo modo, cuando los estudiantes traen un sánduche, una empanada o un paquete de papas esta vez lo complementan con una fruta y un jugo natural.
Para la profesora Huertas, lo positivo de la experiencia es que los estudiantes fueron más allá del aprendizaje netamente teórico “con la experimentación lograron comprender la temática y adquirieron varias habilidades: inferir, comprobar, analizar, argumentar y proponer. De esta manera, construimos mentes científicas que son capaces de buscar soluciones inmediatas de acuerdo al contexto”.
Deje su Comentario