Cuando el olor a muerto se hizo insoportable en el barrio, los vecinos y amigos de Esther García se dieron cuenta que la mujer había desaparecido desde hace algunos días y que su música no se había vuelto a oír en el vecindario.
Los de al lado habían sentido el aire enrarecido desde el día anterior, pero no les pareció suficiente para tocar a la puerta. Al llegar la Policía alguien cayó en cuenta de que ya no se escuchaban los vallenatos que la señora ponía duro por las tardes. Otro dijo que no la había visto salir a hacer ejercicio por las mañanas como era la costumbre de ella.
A las 10 de la noche del pasado miércoles, al abrir la puerta, la policía descubrió el cuerpo en la sala «en ropa interior y como si la señora hubiera querido abrir la puerta para pedir ayuda», según dijero algunos de sus vecinos.
Funcionarios de la Fiscalía que llegaron al lugar más tarde dijeron que Esther, de 70 años, había muerto apróximadamente unos ocho días antes. Esta señora había vivido 22 años en el barrio de la urbanización Solar 1, cerca del Portal de Suba y la inauguración del conjunto vivía sola.
¿Pero por qué no hizo alguien algo? «Porque no era conocida -dice Luis Quiroz, un vecino de bloque-. Llegaba y se encerraba. Saludaba, no más. Eso es normal: mucha gente aquí vive sola».
Si usted conoce una persona mayor, tomase un minuto para visitarla y saludarla. ¡Así son nuestras comunidades en Bogotá! y cuando mueren pocos se enteran del hecho.
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