En la Casa de Justicia de la localidad de Usme en Bogotá, donde hace cinco años surgió la iniciativa de implementar las Casas móviles de Justicia, se realizó el lanzamiento del Programa a nivel de nacional de estas instancias de justicia.

Al evento asistieron el Director de Derechos Humanos y Apoyo a la Justicia de la Secretaría de Gobierno, Andrés Idárraga; el gerente del Banco Mundial para Colombia, Issam Abousleiman y el Ministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez.

Este último, quien ante la destitución del Alcalde de Bogotá elegido popularmente, Gustavo Petro, planteó la necesidad de revisar las funciones que actualmente tiene el procurador, elogió el Programa de Casas de Justicia móviles y alabó las iniciativas que permitan el acceso a la justicia por parte de la comunidad: “La única manera de desarmar los espíritus de este país es la justicia. No hay peor sensación para un ciudadano que la injusticia y el desamparo”, apuntó Gómez Méndez.

Las Casas de Justicia móviles permiten el acceso a la justicia a las comunidades más alejadas y el contacto directo con entidades como Comisarías de Familia, Fiscalía General de la Nación, Defensoría del Pueblo, Ministerio de Trabajo, Inspecciones de Policía y Unidades de Mediación y Conciliación, entre otros. Se espera que durante la primera fase de este Programa, 50 municipios con Casas de Justicia y otros cinco que aún no cuentan con ella, tengan la posibilidad de acceder a este servicio.

Por su parte, el Director de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobierno, Andrés Idárraga, señaló que “este es un esfuerzo que se suma a la iniciativa distrital de acercar la ciudadanía a la justicia, por medio del cual se va a emplear Casas de Justicia móviles en varios puntos de la ciudad como un ejercicio, en el que por supuesto, estamos dispuestos a contribuir”.

El Ministro de Justicia reiteró que las Casas de Justicia móviles son un elemento de importancia en momentos en que el país padece grandes falencias y al mismo tiempo atraviesa por unas negociaciones de paz: “Hay un gran déficit de diálogo, tolerancia, comprensión e integración en el país, señaló Gómez Méndez.