Se realizó en el resguardo indígena Muisca de Bosa, la primera consulta previa para encontrar alternativas de solución a la problemática que ha suscitado el Plan parcial el Edén, que pretende urbanizar con viviendas de interés una amplia zona de San Bernardino que incluye tierras ancestrales de los Muiscas.

Esta comunidad decidió, en el año de 1996, conformar un cabildo y emprender la recuperación de sus conocimientos ancestrales, sus tradiciones y costumbres, a pesar de estar asentada en una zona que ha sufrido las consecuencias de la urbanización y expansión de la capital y, por ende, recibido las influencias culturales de la sociedad hegemónica.

Esta primera consulta que tiene como fin lograr un acuerdo con la comunidad indígena de Bosa, sirvió como una fase de acercamiento para que el Distrito a través de Metrovivienda pueda desarrollar su proyecto de construcción 8 mil viviendas de interés social sin afectar los intereses culturales y ancestrales del pueblo Muisca.

Cabe recordar que en el año 2005, varios integrantes del Cabildo Indígena de Bosa interpusieron una acción popular, que exige la preservación de sus tierras Muiscas como patrimonio cultural y ambiental, además del respeto de los recursos hídricos como humedales que existe en este lugar.

Este importante evento, en el cual los funcionarios del Ministerio del Interior realizaron la presentación de la consulta previa y los representantes del pueblo Muisca replicaron estos argumentos basados en elementos de su cosmogonía, inicio con un ritual indígena para pedir permiso a sus ancestros y al territorio para celebrar dicho encuentro.

Edward Neuta coordinador del Cabildo Indígena Muisca de Bosa, aseveró que aunque las tierras de su pueblo son un legado ancestral, su comunidad en ningún momento se quiere oponer al progreso, pero lo único que solicitan es que si las tierras son adquiridas por el distrito se pague un precio justo y que su comunidad sea reubicada en un reguardo indígena.

“Cómo se le puede ofrecer un valor de 20 o 30 mil pesos el metro cuadrado a una tierra por la cual nuestros ancestros dieron su vida, un territorio que en la cosmogonía del pueblo Muisca es nuestra madre, nosotros no queremos oponer al desarrollo y expansión urbana, pero si queremos que esto se haga concertado y se haga un pago justo a la gente y se tome en cuenta la forma en que vemos el mundo”, indicó el señor Neuta.

El reconocimiento de la diversidad debe ir mas allá de la protección de las comunidades indígenas y afrodescendientes más tradicionales, procurando que la nueva legislación cobije a grupos culturales emergentes tales como inmigrantes, refugiados, comunidades urbanas y comunidades indígenas.

Todos ellos han emprendido el rescate de su memoria histórica y cultural olvidada, pero que necesariamente la integran con elementos asimilados de la cultura hegemónica en la que se han insertado a lo largo de varias generaciones. Lo anterior es necesario para que el patrimonio inmaterial no se quede solo en el pasado, sino que se proteja y promueva nuevos conocimientos y creaciones del presente.