Exactamente 50 años después de su llegada a Colombia, la píldora ha dejado de ser el método anticonceptivo hormonal preferido por las mujeres colombianas.
Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud, revelada por Profamilia, el primer lugar en esta categoría lo ocupa actualmente la inyección, método usado actualmente por el 8% de las colombianas, mientras que la píldora, usada por el 6,5% de las mujeres, bajó al segundo lugar. Los implantes, preferidos por el 3% de las colombianas, se mantuvieron en el tercer puesto entre los anticonceptivos hormonales.
La preferencia por este método, comercializado en Colombia para administración mensual y trimestral, se presenta especialmente entre las mujeres jóvenes. Todas las colombianas entre los 15 y los 34 años que están planificando con métodos hormonales prefieren la inyección a la píldora. En el rango de 20 a 24 años, el método más utilizado entre todos los disponibles son los inyectables, incluso más que el condón. Ahora bien, si se tienen en cuenta todas las edades, el método más usado es la esterilización (24,2%).
“Este incremento en el uso de los inyectables se puede explicar por cuatro razones –señala el ginecólogo de Profamilia Juan Carlos Ramírez–. Primero, la comodidad y la practicidad. Mientras que estos métodos se pueden aplicar cada mes o cada trimestre, en un día determinado del calendario, el consumo diario de la píldora la hace más susceptible de olvidos.
Segundo, los inyectables son discretos. Lastimosamente, como a muchas mujeres sus esposos les prohíben usar la píldora, prefieren un método que solo ellas sepan que lo usan. Tercero, su costo es muy favorable. Y cuarto, los inyectables son seguros. Cada día tienen menor carga hormonal y por tanto mayor tolerancia en la mujer, sin perder por ello su protección del 99,4%”.
Supresión de la menstruación
Uno de los efectos asociados al consumo del nuevo anticonceptivo es la reducción, o incluso la supresión, de la menstruación. Más de la mitad de sus usuarias presenta amenorrea (ausencia de sangrado) al cabo del primer año de uso, lo que significa una reducción del riesgo de anemia, de los síntomas del síndrome premenstrual y de las incomodidades y gastos asociados a la menstruación, periodo que presentan en mayor número las mujeres en la actualidad que en el pasado.
En efecto, un artículo publicado en la Revista Iberoamericana de Fertilidad señala que en el último siglo se ha producido un notable incremento en el número de ciclos menstruales como consecuencia del adelanto de la primera menstruación, el menor número de embarazos y la reducción del tiempo de lactancia. Hoy la mujer tiene unos 450 episodios a lo largo de su vida frente a los aproximadamente 160 de las mujeres en la antigüedad.
La misma publicación señala que para muchas de ellas el periodo es más que una incomodidad: El 85% afirma que es un problema real por la presencia de algún síntoma molesto pre o menstrual. En este sentido, el 80,5% desearía cambiar uno o más aspectos de su menstruación, como tener menos dolor, ciclos más cortos, menos cantidad de sangrado o incluso no tener la menstruación.
En todo caso, cualquier método que decida utilizar para la anticoncepción, consulte primero con el especialista.
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