La Alcaldía Mayor de la capital financiaría un proyecto, mediante el cual se podrá detectar si habrá una descarga y generar una alarma sonora, para que las personas se protejan en caso de riesgo frente a la caída de un rayo.
Esto se logra a través de una antena metálica, larga y delgada, similar a una aguja gigante; así lo explica el ingeniero eléctrico y profesor de la U.N. Francisco Román, líder de esta iniciativa. La idea, explica, es instalar esta tecnología, que es portátil y fácilmente replicable, en un parque de Bogotá para que funcione como un prototipo.
Todo se sustenta en la combinación de dos principios, uno muy antiguo descubierto por Benjamín Franklin, en 1753, y uno moderno desarrollado por el investigador de la U.N.; el primero explica que a los rayos les gustan las puntas, los sitios altos y extendidos hacia el cielo por donde pueden conducirse más fácilmente, de ahí que el pararrayo desarrollado hace más de dos siglos por el inventor estadounidense busca que caigan allí y no en otro lugar.
El otro principio es el que el ingeniero Román llama electrodos flotantes. Y es que las cargas eléctricas generalmente se acumulan en sitios altos y puntudos, ya sea una antena o un pararrayo. Pero como el aire actúa como un conductor, de toda esa carga acumulada allí, el aire se lleva la carga negativa hacia las nubes y deja la positiva acumulada en esos artefactos, que son en síntesis los electrodos flotantes.
Idea patentada
Esta idea se basa en una patente del profesor Román y tiene posibilidades de industrialización debido a su bajo costo, proceso que ha recibido el apoyado de la Vicerrectoría de Investigación de la U.N. Para llevarlo a cabo, entre otras cosas, se necesita un sistema para medir los campos eléctricos, que sirven para detectar nubes con potencial de rayos.
La predicción de rayos es una materia que, a pesar de su importancia y de que cobra la vida de personas anualmente, no está totalmente desarrollada en el país, un territorio muy activo en el registro de descargas. La alta radiación solar que recibe la nación al año, unida a dos temporadas de lluvias que se registran en el territorio por estar ubicado en una zona tropical, principalmente en la región andina, son factores que impulsan la presencia de días tormentosos.
“El dispositivo no implica una infraestructura muy compleja, sólo una estructura tan alta como un poste, es tecnología que nadie más ha desarrollado en el mundo”, puntualiza el profesor Román.
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