El Día Mundial del Agua se celebra el 22 de marzo desde que, en 1992, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo celebrada en Río de Janeiro lo recomendara a su Asamblea General. Un año más tarde, en 1993, fue aceptada dicha recomendación. El motivo es llamar la atención sobre la importancia del agua dulce y la defensa de la gestión sostenible de este recurso.
La idea de esta celebración anual es principalmente informar y concientizar a la mayor cantidad de países posibles, sobre el estado de las fuentes de agua en el mundo y concretar acciones que permitan la conservación del recurso.
¿Cuánta agua tenemos?
Sólo 2,5% del agua del mundo es dulce o consumible, pues la mayor parte es marina. De este pequeño porcentaje, las tres cuartas partes se encuentran en los glaciares de polos y grandes montañas. El resto se divide en aguas superficiales como lagos y ríos, y aguas subterráneas.
El agua en Colombia
Dos océanos, páramos, bosques tropicales y una ubicación estratégica le permiten al país tener una generosa oferta hídrica que por largo tiempo lo ubicó como el sexto con más agua en el mundo. Pero la calidad y la disponibilidad que la población tiene de este recurso es bajo, así las cosas nuestro país ocupa el puesto 24.
Con precipitaciones anuales promedio de 1.800 mililitros –cuando en el resto de naciones del planeta son de 900 mililitros–, cerca de 720 mil cuencas hidrográficas y alrededor de 10 ríos con caudales permanentes, se pensaría que aquí sobra el agua. Sin embargo, la situación no es de tranquilidad, más bien de preocupación, ya que más del 50% del recurso hídrico en Colombia no se puede utilizar por problemas de calidad.
Según el Informe nacional sobre la gestión del agua en Colombia, elaborado con apoyo de la Asociación Mundial del Agua y la Comisión Económica para América Latina (Cepal), las fuentes que contribuyen al deterioro del agua y al incremento constante de la contaminación en el país son diferentes, siendo los sectores agropecuario, industrial y doméstico los principales responsables, ya que en conjunto generan cerca de 9 mil toneladas de materia orgánica contaminante.
El documento, uno de los informes presentados en el Segundo Foro Mundial del Agua realizado en La Haya, señala que al entorno natural de nuestro país se descargan casi 4.500.000 m3 de aguas residuales domésticas e industriales, y la mayoría de los municipios no cuentan con plantas para su tratamiento. Ciudades del nivel de Barranquilla tan solo tienen a su disposición lagunas de oxidación antes del vertimiento de las aguas, mientras la capital, Bogotá, cuenta con una planta de tratamiento que solo procesa el 20% de lo que producen los habitantes.
Retomamos para ilustración de nuestros lectores, un artículo que aparece en http://www.unperiodico.unal.edu.co referente a la mala calidad del agua en nuestro país y que tiene este título:
Abundancia vs. escasez
Colombia tiene una oferta natural de agua de 2.200 km3 por año. Nelson Ómar Vargas, profesional especializado de la Subdirección de Hidrología del Ideam, explica que es una gran cantidad para un país que solo demanda 35 km3 anuales, de los cuales nueve se pierden por ineficiencias en los sistemas de riego, en los procesos industriales y en los acueductos; no obstante, muchas regiones sufren por el acceso limitado al recurso y la mala calidad.
En este sentido, Guillermo León Vásquez, profesor de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional en Medellín, señala que el acceso al agua de calidad se ve afectado por problemas de distribución. “A esta situación la llamamos escasez tecnológica para el aprovechamiento del mineral, por eso muchas poblaciones como la costa Pacífica y la llanura del Caribe, a pesar de vivir en zonas con abundante recurso, no lo tienen o es impotable”.
En Colombia hay zonas donde la pluviosidad alcanza niveles de 10.000 mm al año, como en el Pacífico, y otras donde apenas llueve en promedio 800 mm, como en La Guajira.
Precisamente, en los lugares de mayor oferta no hay una importante concentración demográfica. De hecho, el 70% de la población colombiana vive en el área correspondiente a la cuenca del río Magdalena–Cauca, que aporta tan solo el 11% del recurso hídrico del país, y donde se genera el 85% del Producto Interno Bruto.
El resto del territorio nacional, donde se encuentran las importantes vertientes que contribuyen con el 89% del agua como el Orinoco, Amazonas, Pacífico, Atrato, Catatumbo y Sierra Nevada, alberga al 30% de los colombianos. Esta presión demográfica termina afectando negativamente las cuencas hidrográficas.
El agua en Bogotá
A pesar de nuestros buenos recursos hídricos, faltan políticas claras en cuanto a la buena utilización y a las maneras de evitar el derroche. A los usuarios de Bogotá les están cobrando el excesivo desperdicio de agua que el Acueducto tiene diariamente. Porque tiene una infraestructura con capacidad para producir 29,48 metros cúbicos por segundo de agua, y la población solo consume 14,39. Es decir, hay un 49 por ciento de volumen de agua que se trata y no se factura. Las otras grandes pérdidas de agua se relacionan con el alto volumen que la empresa no puede contabilizar porque se le esfuma en roturas de tubos, fugas en redes y conexiones fraudulentas.
¿No resulta irónico que siendo el país con la sexta reserva mundial de agua dulce, el servicio de agua en Colombia sea uno de los más caros de la región? Eso sí, descartamos la aseveración sin fundamento del señor Nicolás Maduro que afirma que una botella de agua en Colombia cuesta 600 bolívares o sea 190000 pesos, hasta allá no hemos llegado y ojalá nunca pase.
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