Cuando Louis-Ulysse Chopard fundó en Suiza la joyería Chopard hace 150 años, el mundo de las relojerías y joyerías, especialmente, empezaron a tener un cambio significativo. A la fecha, este negocio que se inició como algo familiar ha llegado al mundo entero y cada día se expande como sinónimo de elegancia, distinción y finura.
Su nombre ha trascendido hasta nuestros días, ya que a los 24 años dreó la manufactura relojera L.U.C. Desde entonces, su apellido dio nombre a exclusivos relojes que hoy se exhiben con precaución y orgullo en los escaparates de las mejores tiendas de joyas de los cinco continentes.
Por eso cuando el próximo 4 de diciembre, se celebre en Bogotá el aniversaio número 150, a ciudad se sumará al reducido número de ciudades que tienen el privilegio de tener una vitrina con varias de las referencias de los relojes y las joyas Chopard. Esta exhibición estará exclusivamente en las vitrinas en las joyerías Bauer de la capital colombiana, a donde llegarán los invitados especiales y los cultores del buen gusto.
«Tener una joya Bauer en su mano es como si fuera un ramo de flores, hay variedad y distinción para todos los gustos, para hombres y mujeres; los hay en diamantes flotantes. Los Happy diamond son los que más éxito tiene» dijo Patrick Wherli, el representante suizo para Latinoamérica de manera exclusiva en diálogo con Barriosdebogota.com
Además de la muestra, la ocasión es ideal para presentar la línea Imperiale Chopord, pieza que reúne el estilo y la elegancia hechos reloj, al punto que fue escogida como ícono de la conmemoración del aniversario 150 de la firma suiza.
Chopard inició produciendo solo relojes, pero los constantes cambios y el mercado hizo que en 1980 se vincularán al mercado de las joyas en general. De esta manera, se exhiben en los mejores almacenes del mundo piezas únicas y de gran valor, no sólo comercial, apreciativo y social.
Varios de los Imperiale, como sus clásicos cubre-asas, han sido completamente rediseñados. Es así como la época imperial renace con todo su esplendor a través de este reloj de perfil escultural. Sutil alianza de sencillez y majestad, de sofisticación y sensualidad, el Imperiale es elegante e intemporal.
Disponible en varios tamaños, dotado de un movimiento de cuarzo, automático o cronógrafo, en versión engastada de diamantes o no, en acero o en oro rosa o blanco, con correa de metal o de piel, el Imperiale es el reloj que toda mujer quisiera tener en su muñeca, pero que, por cuestión de azar, está destinado sólo para una inmensa minoría.
«Chopard asiste todos los años a ferias alrededor del mundo. Una de las más importantes es la que se lleva a cabo en Basilea, Suiza; a finales del mes de marzo e inicio de abril, donde cada año presentamos los nuevos productos y novedades, lo que nos hace ser la joyería número uno en el mundo» agregó Wherli.
Estados Unidos y China son los mercados de mayor impacto de esta joyería de alto estilo, elegancia y distinción, pero según Wherli, la recesión económica que afectó al mundo en 2009, también llegóo a Chopard. «Nos ayudó y nos afectó. Antes habían, por decir algo, 150 joyerías de alto estilo y elegancia, después de la recesión sobrevivieron 50 y nosotros somos unos de ellos, los clientes de esas que desaparecieron ahora son nuestros, entonces estamos fortalecidos cada vez más y la idea es seguir creciendo y expandiéndonos en Colombia» finalizó el joyero suizo.
Chopard distribuye sus productos en las joyerías Bauer de Bogotá que está ubicadas en Unicentro, Centro Andino y Centro 93, de igual manera en Barranquilla y Medellín.
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