En Bogotá residen 54.743 niños y adolescentes víctimas del conflicto armado, según el Sistema de Información de Víctimas de Bogotá. Los niños que llegan a la ciudad a vivir, se ubican principalmente en las localidades de Ciudad Bolívar, Bosa, Kennedy, Suba, San Cristóbal y Usme.
La mayoría elige la capital como su destino por considerar que pueden tener más oportunidades, pero no necesariamente es así. Al llegar algunos obtienen atención del Distrito quien los atiende y de acuerdo al estado de vulnerabilidad, les brinda ayuda, que puede ir desde albergue temporal, alimentación y aseo hasta atención primaria en salud.
La Administración Distrital, a través de sus centros y puntos de atención a víctimas, ha atendido 23.523 niños de 0 a 5 años, 18.951 entre 6 y 12 años y 12.681 entre 13 a 17, según el SIVIC.
Con la estrategia ‘Atrapasueños’, la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas y la Secretaría de Integración los atienden en las casas de memoria y lúdica. Allí juegan, les enseñan teatro y danza y a través de estas actividades los expertos pueden identificar y priorizar sus necesidades en salud, educación y entorno social.
Ángela Anzola, Alta consejera para las víctimas en Bogotá, asegura que los expertos en temas de infancia y adolescencia buscan información que les permita saber de primera mano qué necesidades tienen los pequeños en materia de educación, vivienda, salud y otros temas prioritarios.
“Si los niños necesitan ser ubicados en instituciones educativas, pueden acceder a un cupo en el colegio más próximo al sitio donde se estén alojando”, explica. “Hay muchos modelos educativos que se usan cuando los niños llegan a la ciudad en cualquier momento del calendario escolar“, aclaró, ante la duda sobre lo que sucede si no llegan al inicio del año escolar.
Con relación al tema de la salud, los menores entran en la oferta que el Distrito y la Nación tienen para garantizar una atención inmediata y oportuna, en caso que así lo requieran. De hecho, las entidades prestadoras de salud tienen la obligación de atenderlos en caso de una urgencia. Si las familias quieren retornar a su lugar de origen o reubicarse en algún otro lugar del país, el Distrito, de la mano del gobierno nacional, apoya y facilita el retorno y analiza que los hechos que los victimizaron no vuelvan a ocurrir.
“Un ejemplo de ello fue el retorno de la comunidad Embera, realizado a Mistrató y Pueblo Rico (Risaralda). En ese traslado el Distrito invirtió en vivienda y proyectos productivos para garantizar la sostenibilidad del retorno”, afirmó Anzola.
En Bogotá, la Alta consejería para los derechos de las víctimas, da cuenta de por lo menos 600 mil personas que declararon como víctimas del conflicto armado interno, de esas un promedio de 535 mil, se encuentran incluidas en el registro único de víctimas.
Las víctimas del conflicto armado que llegan a Bogotá pueden acercarse a cualquiera de los centros de atención, ubicados en las localidades que cuentan con mayor recepción de esta población en la ciudad: Ciudad Bolívar, KennedyPatio Bonito, Bosa, Rafael Uribe Uribe, Chapinero, Sevillana, Suba, y dos puntos adicionales que están en Mártires y Terminal de Transporte.
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