El presidente de Bavaria, Grant Harris, explicó porque decidió ponerse en los zapatos de un tendero en su apuesta por la reconciliación, que va desde capacitar a 40.000 tenderos hasta suministrarles energía eléctrica –a través de 30 paneles solares– a los habitantes del corregimiento de Sacramento (Fundación, Magdalena). Tres millones y medio de bebidas de una de sus marcas dirán, adicionalmente, que son “capaces de creer”.
¿Cómo puede una empresa de las proporciones de Bavaria apostarle a la reconciliación?
Poniéndose en los zapatos del otro, contesta Grant Harris, presidente de Bavaria, quien acaba de cumplir a cabalidad la frase al ponerse del otro lado del mostrador en el local de Antonio, un tendero de un barrio de Bogotá, con el fin de conocer su vida y apoyar su gestión cotidiana.
“Hoy nos estamos poniendo en los zapatos de los demás. Antonio, este tendero que llegó a Fontibón hace un año, nos abre las puertas de su tienda y nos permite estar aquí con él conociendo y compartiendo su día a día”, explica, durante la actividad que realizó y que forma parte del programa que adelanta la compañía cervecera dentro de su programa de capacitación a tenderos.
¿Cuál es la importancia de ponerse en los zapatos de Antonio?
Antonio es hoy un tendero exitoso, al que Bavaria ha apoyado a través de su programa de capacitación. Se graduó hace apenas 15 días de nuestro programa 4E. El programa ‘4E, Camino al progreso’ busca beneficiar directamente a más de 40.000 tenderos y sus familias, en Colombia, Ecuador, El Salvador, Honduras, Panamá y Perú.
Específicamente en Colombia buscamos impactar más de un millón de personas que se dedican a este oficio o tienen alguna relación con él. En Bavaria le apostamos a programas sostenibles que tengan un impacto real y tangible, no solo en nuestros principales socios de valor, que son los tenderos, sino en la sociedad en general. El programa 4E es un ejemplo de esto.
¿Cuál es el impacto de este proyecto de responsabilidad social en la reconciliación?
El programa ‘4E Camino al progreso’ quiere mejorar las habilidades de emprendimiento y de vida de los tenderos más pobres de Colombia. Busca desarrollar sus capacidades empresariales, fortalecer la sostenibilidad de su negocio, identificar líderes sociales y poner en marcha ideas de co creación con emprendimientos sociales. Antonio estuvo más de 10 años vinculado a la guerra en Colombia, pero decidió apostarle a una vida distinta. Él fue capaz de creer en un mejor futuro y hoy hace parte de nuestros graduados 4E, tenderos emprendedores que buscan aportar a la sociedad con su trabajo.
Desde Bavaria estamos trabajando para que los tenderos como Antonio, que son nuestros primeros aliados, tengan herramientas para que su negocio sea exitoso. En Bavaria nos interesa que nuestros socios crezcan y Antonio es uno de ellos.
¿Este programa es una apuesta directa por la reconciliación?
En Bavaria estamos convencidos de que somos capaces de creer en la reconciliación como paso inicial para vivir en un mejor país. Por experiencia propia y teniendo presente el proceso de reconciliación que viví en Sudáfrica, creer es el primer paso para lograr que las cosas buenas pasen.
Seguiremos contribuyendo a la paz de Colombia a través de la generación de empleo y el apoyo a nuestros aliados. Sabemos que haciendo las cosas bien, somos capaces de aportar a la construcción de un país mucho mejor. Además, creemos que la reconciliación es posible y que somos capaces de ponernos en los zapatos de los otros. Y a eso le apostamos hoy y le seguiremos apostando en el futuro.
La apuesta por una comunidad
En esta línea y como un aporte tangible a la construcción de paz y reconciliación, Bavaria donó toda la iluminación del corregimiento de Sacramento, Magdalena, una pequeña población ubicada en las inmediaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta.
En el marco de la campaña “Soy Capaz”, esta es la historia de una acción real de contribución a la paz que hizo la marca Club Colombia a través de la donación de una planta de energía solar con 30 paneles solares a este corregimiento del municipio de Fundación (Magdalena), con lo cual se logró que la vida de más de 200 familias se iluminara, luego de las heridas que les dejó la violencia y la ausencia de un servicio básico de electricidad.
En lo alto de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el corregimiento de Sacramento, sus habitantes fueron víctimas del conflicto armado que azotó la zona desde finales de la década de 1990 hasta 2006. Aparte del desplazamiento y del arrasamiento de sus cultivos de café, la problemática de la guerra convirtió a Sacramento en un pueblo fantasma. Solo a partir de 2004 la gente empezó el proceso de retorno.
La violencia, en definitiva, les dejó huellas profundas. Sin embargo, parte de la fe se las ayudó a recuperar Club Colombia, a través de la Fundación Bavaria, cuando les ofreció el enorme regalo de instalarles una planta de energía solar.
“Antes teníamos una hidroeléctrica que nos ayudaba a generar desarrollo, pero fue arrasada por los grupos armados. Gracias a que ustedes nos abrieron las puertas, ahora contamos con este recurso en la institución educativa y en la calle principal”, dijo Emel Yaruro, presidente de la Junta de Acción Comunal de Sacramento.
La historia comenzó durante la campaña Pueblito Iluminado de Club Colombia, que se realizó en diciembre del año pasado. La marca recibió una solicitud de la comunidad en la cual pedían que los ayudaran con el suministro de energía eléctrica para el montaje de una sala de informática en la Institución Juan Francisco Ospina.
Sin electricidad, los niños de Sacramento estaban aislados de la tecnología. Con esta planta de energía solar, su situación y la de la comunidad será otra, puesto que también se instalaron luminarias de 50 vatios activadas con fotoceldas en la calle principal del pueblo. “También nos donaron veinte computadores portátiles. Ahora los niños no se quieren ir del colegio y nos toca a nosotros decirles: ‘váyanse para la casa’”, afirma con gracia Catherine García. También, con ello, llegó la electricidad para encender las licuadoras y los ventiladores.
A la causa se sumaron los artistas Ilona, Alejandro Zuletta, Maria Vanedi y Daniel Roa, a través de una canción dedicada a esta población. Adicionalmente, 500 mil botellas no retornables y 3 millones de latas blancas de la edición especial de Club Colombia están disponibles con la frase “Somos capaces de creer”.
Deje su Comentario