El pasado 25 de febrero, el Alcalde Mayor Gustavo Petro tomó la decisión de peatonalizar la carrera 7 entre las calles 19 y 26, con el fin de descongestionar un poco el tráfico vehicular del centro de la capital.
Sin embargo, esta medida no sólo ha tenido noticias sobre la movilidad. El ambiente también se ha visto beneficiado, ya que con la ausencia de los pitos y los motores de los vehículos los niveles de ruido han disminuido entre 6,5 y 10 decibeles, es decir entre un 9 y un 14 por ciento.
Así lo concluyó la Secretaría Distrital de Ambiente, que efectúo mediciones de ruido ambiental los días 14 y 15 de marzo, en horas valle y horas pico, en la séptima con calle 19, con calle 21 y calle 26. Los resultados fueron comparados con un día típico sin la medida de peatonalización.
Según los datos arrojados por la Unidad de Ruido Ambiental de la SDA, el punto ubicado en la carrera séptima con calle 21 fue donde más se sintió la disminución del ruido. En hora pico pasó de 72,8 decibeles con presencia de carros a 63,7 con sólo peatones (bajó 9,1 decibeles), y en hora valle de 72 a 62 decibeles (10 decibeles menos).
En la séptima con 26 el ruido cayó de 74,4 a 67,9 decibeles entre las 5 y las 7 de la noche (una diferencia de 6,5 decibeles), y entre las 2 y las 4 de la tarde de 72,9 a 64,7 (reducción de 8,2 decibeles).
La carrera 7 con calle 19 fue la excepción, ya que el ruido subió hasta 7 decibeles en horas pico. La Secretaría de Ambiente atribuye este incremento a varios factores, como los vehículos de transporte público, que al no poder tomar la séptima hacia el norte ensordecen con el uso de pitos, y a la variedad de fuentes fijas como parlantes en el espacio público.
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