Una grave situación, que afecta crecientemente a edificios y conjuntos residenciales de toda la ciudad, viven miles de familias bogotanas por cuenta de los apetitos monopólicos de la empresa Codensa, la cual ha presentado hasta la fecha más de 1.300 demandas con el propósito de adueñarse de las zonas comunes donde se encuentran instaladas las subestaciones de energía de dichas unidades familiares, afirmó Jaime Caicedo Turriago, concejal del Polo Democrático Alternativo.

El concejal presentó pruebas de lo que considera irregular situación durante un debate de control político que se realizó en el cabildo distrital. Entre ellas, el hecho de que el número de demandas interpuestas por Codensa ha crecido desproporcionadamente, pues de cerca de 300 que se conocían hace apenas dos meses, ha pasado a más de 1.300, lo que está poniendo en jaque a los propietarios de conjuntos residenciales en toda la ciudad.

“Aparte de que se trata de un hecho ilegal, por cuanto la multinacional de energía está alegando dominio sobre espacios que fueron construidos y pagados por los propietarios de los inmuebles, ahora resulta que los jueces están decidiendo que se incluya como demandados a todos y cada uno de los copropietarios de las unidades residenciales. Esta es una situación inaudita que debe terminar de inmediato. Es un abuso monstruoso de esta multinacional contra sus propios clientes”, señaló Caicedo Turriago.

“En muchos de los casos, la multinacional está desconociendo flagrantemente los contratos de arrendamiento suscritos para dar acceso a dichas estaciones de energía. Todo esto quedó incluido en el convenio 7832 de 1997, suscrito entre la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá (EEB) y Codensa. “Al desconocer dichos contratos, Codensa pretende que se le otorgue sin contraprestación alguna la servidumbre sobre las áreas donde operan las subestaciones”, indicó el cabildante.

Las dos vías que utiliza Codensa para apropiarse de los espacios

Según explicó Caicedo Turriago, la multinacional está usando dos estratagemas para apoderarse de los espacios que le pertenecen a los conjuntos residenciales. ”Una de ellas está siendo facilitada por la propia EEB al tramitar la servidumbre “voluntaria” ofreciendo un ridículo pago de siete salarios mínimos mensuales por una sola vez, garantizando servidumbre a perpetuidad”.

“La segunda, se da a través de proceso judicial para imponer la servidumbre sin nada a cambio, alegando la multinacional que ha ejercido “posesión” por más de diez años en dichas áreas comunes, sin reconocer el dominio ejercido por los copropietarios e incluso el pago por parte de estos últimos de los servicios de aseo y vigilancia que nunca ha pagado Codensa”.

Según el cabildante lo que realmente persigue Codensa es “consolidarse como monopolio exclusivo en la prestación del servicio de energía en Bogotá, violando el artículo 9 de la ley 142 de 1994 que garantiza el derecho a los usuarios a escoger libremente los prestadores de servicios. Incluso limita a los usuarios la utilización de otro tipo de energía como la solar, la de microondas, o cualquiera otra que se desarrolle en el futuro”.

“Codensa quiere acabar con los contratos de arrendamiento de los lotes celebrados por la EEB con las copropiedades y tener unas servidumbres sin pagar un solo peso por su uso y en forma indefinida”.