Con 148 hectáreas de extensión, el humedal Jaboque, ubicado en la localidad de Engativá, es el segundo cuerpo de agua más grande de Bogotá. Sin embargo, cuenta con vecinos poco gratos, como los aviones del aeropuerto Eldorado, las empresas de la zona industrial de Álamos y vehículos de todo tipo.
 
Estas actividades han disparado los niveles de ruido en Jaboque, como lo demuestran las mediciones hechas recientemente por la Secretaría de Ambiente en sitios aledaños a este cuerpo de agua.
 
La SDA midió el nivel de ruido en 12 puntos del humedal. Los resultados son alarmantes, ya que tan sólo dos cumplieron con los 55 decibeles exigidos por la normatividad para una reserva ambiental.
 
El registro de ruido más bajo en Jaboque, con 52,8 decibeles, fue cerca al espejo de agua, en un punto que no se ve afectado por las vías, las viviendas o las industrias. Sin embargo, según los técnicos de la SDA, el constante paso de aviones incrementó la contaminación sonora; en los 15 minutos de la medición, cinco aviones sobrevolaron cerca al humedal.
 
Todo lo contrario ocurrió en la carrera 112 C con calle 64 D, donde la SDA midió sobre una vía. Los sonómetros registraron un promedio de 66,5 decibeles, debido tanto al paso de dos aviones, como al alto tráfico vehicular que ingresa a Engativá a diario.
 
El panorama fue similar en la calle 71 con carrera 111 C, donde los vehículos particulares, busetas y colectivos y las operaciones aéreas, generan 66,5 decibeles. El promedio de los 12 puntos medidos fue de 58,6 decibeles de ruido, 3,6 más de lo que permite la norma.
 
Otros puntos se vieron afectados por el ruido de motobombas, perifoneo comercial y hasta los gritos de los niños de colegio. En las mediciones más cercanas al Río Bogotá, donde no hay presencia de viviendas ni vías, las operaciones aéreas son las protagonistas, con 55 y 57 decibeles. 
 
“Jaboque tiene la desventaja de estar cerca al aeropuerto, a zonas de alto flujo vehicular y peatonal y a las industrias. En La Conejera, el primer humedal monitoreado, el impacto es más bajo, ya que sólo se ve afectado por la vía que conduce a Cota. En el humedal de Suba se registraron hasta 45 decibeles, cifra que está por debajo de lo exigido por la norma”, dijo Juan Antonio Nieto Escalante, Secretario de Ambiente.
 
Aves: el paso a seguir
Nieto Escalante manifestó que antes de seguir midiendo el ruido en los 11 humedales restantes, la SDA empezará a estudiar si las aves de La Conejera y Jaboque se ven afectadas por los decibeles.
 
“Analizaremos las posibles afectaciones a las aves migratorias que se localizan en estos humedales. Primero tenemos que identificar la población de especies que anidan allí, y luego relacionar su comportamiento con las mediciones de ruido”, finalizó.
 
En Jaboque se ha observado presencia de aves como monjitas, caicas, tinguas piquirrojas y chorlos playeros.