Paredes de colegios, andenes, muros, postes, latas, puentes, armarios de teléfonos, moles de cemento… casi ninguna superficie en las calles de Bogotá se salva de ser pintada con los avisos de «aprenda a bailar», «planos y licencias», telefonía móvil o cursos de ‘Pre-Icfes’.

Casi todos estos avisos tiene el mismo formato: letras negras sobre un fondo de color amarillo. «Así son más visibles», explica Hubert Martínez, uno de los publicistas informales.

Revisamos lo que pasa en nuestra ciudad y Quienes transitamos a diario por la NQS, avenida Boyacá, la avenida carrera 68, la carrera 30, la avenida de Las Américas o la avenida Ciudad de Cali encuentran una completa galería de estos anuncios.
Encubiertos en la noche, con carteles, plantillas, brochas y pintura pegan o escriben los anuncios con números de teléfono incluidos.

Tampoco se han librado los andenes, los muros ni los postes de la carrera 15, La calle 100 en Fontibón, la calle 53 en Chapinero, en Teusaquillo; o la calle 25, en el sector de Salitre.
En el 2008, las tres cuadrillas de la Secretaría de Ambiente e Idiprón, que se encargaron de limpiar el espacio público de avisos, vallas y pendones,  borraron más de  1.700 metros cuadrados de publicidad pintada. Sin embargo, los anuncios siguen proliferando en las calles.

La situación no mejora y según los registros de la Secretaría de Ambiente, los mayores infractores son Academia de bailes, Planos y licencias y ‘Pre-Icfes U. Nacional’. Consultados algunos dueños de estos sitios, sin pena, remordimiento o vergüenza reconocen que han publicitado su negocio en la calle de esta manera. Algunos afirman que no necesitan pautar por otros medios porque les resulta económico y efectivo contaminar visualmente la calle.
El jefe de Control de Emisiones de la Secretaría de Ambiente, Édgar Erazo, explica que la entidad tiene en curso un sinnúmero de procesos por contravención contra los responsables de este tipo de publicidad, pero las sanciones hasta el momento han sido infructuosas para frenar esta práctica.

Las multas por esta violación están entre 692.250 pesos y 4 millones 650 mil pesos, pero muchos no las pagan y los procesos pasan casi directamente a ser parte del listado de cobros coactivos de la Secretaría de Hacienda.

«Esta gente no tiene sentido de pertenencia por la ciudad y sigue poniendo avisos y carteles que afean el paisaje urbano», agrega Erazo.

Tanto en estos casos, como en el de las empresas que aparecen inscritas en vallas y pasacalles ilegales -la mayoría de ellas constructoras que promocionan la venta de inmuebles-el secretario de Medio Ambiente  Juan Antonio Nieto, planea aplicar sanciones más drásticas.

Cada semestre, la ciudad gasta entre 180 y 200 millones de pesos en quitar la publicidad ilegal de las calles. La mayor cantidad de operativos de limpieza se realiza en las localidades de Barrios Unidos, Engativá, Teusaquillo, Ciudad Bolívar, Kennedy, Fontibón, Usme y Suba.