Si usted no sabía que a Jules Rimet, el creador del mundial de fútbol y ex presidente de la FIFA, le negaron la entrada a un estadio después de dejar la presidencia del máximo organismo deportivo, este libro es para usted; justo ahora que faltan pocos días para que en Sudáfrica se ponga a rodar el balón en una edición más del Mundial de Fútbol.
En esta época los corazones laten con más fuerza y se agitan con facilidad, el pulso se vuelve incontrolable y los cardiólogos tienen más pacientes que en ningún otro momento del año debido a la pasión, el extasis y el frenesí que despierta la pasión del balón.
Para conocer a fondo lo que se ha vivido en las 18 ediciones, iniciando por Uruguay 30 hasta llegar a Alemania 2006 y hacer una «entrada» especial a la edición que ya se vive, el periodista argentino Luciano Wernicke lanzó al mercado un libro que no puede faltar en la biblioteca de los aficionados al fútbol. «Historias insólitas de los mundiales de fútbol».
En este ejemplar se recogen todos los datos y curiosidades más divertidas e increibles ocurridas en todos los mundiales. Anécdotas, récords y hazañas que muestran la parte humana del deporte más popular del mundo: el fútbol.
En el libro se hace un recorrido por cada una de las etapas mundialistas recordando partidos inolvidables y las figuras que surgieron o se hicieron grandes en cada una de estas competencias. ¿Es casualidad que hasta que el ojo del televisor llegó a los mundiales «en vivo y en directo», la mitad de los campeonatos fueron ganados por los equipos anfitriones y en otros dos torneos los dueños de casa llegaron cómodamente a la final?.
El mundial que se detuvo entre 1939 y 1950 por culpa de la Segunda Guerra Mundial, sin embargo la pelota y sus auspiciantes siguieron rodando en medio de otros conflictos terribles como la Guerra de las Malvinas. Desde España 1982 en adelante, solo una escuadra, Francia en 1998, alzó el trofeo de oro en su casa.
Sucesos insólitos
A lo largo de los mundiales varios jugadores se negaron a abandonar la cancha a pesar de tener un hueso fracturado. Un talentoso «mosquetero» puso la belleza por encima del resultado al «picar» un penal en una final, y al honor por sobre la trampa al cabecear a un desleal rival.
Un delantero prefirió morir a servir a la propaganda nazi, otro siguió jugando tras sufrir un infarto en pleno partido y un zaguero fue vilmente asesinado por defender su honestidad luego de haber cometido el «pecado» de marcar un gol en contra. «La camiseta se mancha de sangre mas no se desangra.»
Es un libro para deleitarse leyéndolo y para coleccionar ya que muchos de esos sucesos son inéditos y aquí están contados por sus protagonistas.
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