Cada día cientos de hogares de Bogotá se ven aquejados por la falta de algún o algunos elementos de la canasta familiar o porque el dinero no les alcanza. Y según la encuesta de percepción del programa Bogotá Cómo Vamos, el 30 por ciento de los ciudadanos asegura que su situación económica ha empeorado y el 21 por ciento se considera pobre, entre las principales razones se encuentra la falta de dinero, el desempleo, la falta de vivienda y el costo de los artículos.
Frente a estas circunstancias, el 42 por ciento reconoció que dejó de pagar alguna de sus obligaciones. Lo primero que han sacrificado los bogotanos es el pago a los servicios públicos con un 32 por ciento, seguido de la alimentación y la salud con 25 por ciento, el arriendo llega al 22 por ciento y los créditos bancarios el 10%. Es importante resaltar que disminuyó el número de personas que no consumió alguna de las tres comidas, pasó del 11 al 8 por ciento.
Para Fabio Giraldo, investigador de UN Hábitat, la urbanización integral e incluyente es la mayor aliada para lograr eficiencia, equidad y sostenibilidad a favor de Bogotá y del campo. Lo anterior teniendo en cuenta que mientras el índice de pobreza nacional se encuentra en 46%, en las trece principales áreas metropolitanas registra 30.7%.
La encuesta de BCV revela también que sólo el 58 por ciento de los bogotanos considera que las cosas van por buen camino, la cifra más baja desde el año 2003. Tal vez debido a esta situación el 16 por ciento afirma que ninguna entidad pública ni privada está haciendo algo por mejorar su calidad de vida.
El 65 por ciento de las personas encuestadas asegura que se siente satisfecho con Bogotá como una ciudad para vivir, porcentaje que cayó 7 puntos porcentuales frente al año pasado. En este sentido, Carlos Córdoba, director del programa Bogotá Cómo Vamos, ve con preocupación que las personas de los estratos bajos siguen gastando un gran porcentaje de sus ingresos en salud, educación y vivienda, cuando los dos primeros aspectos deberían ser garantizados totalmente por el gobierno, y en el último deben darse mas avances.
«Las personas con bajos recursos no pueden gastar en recreación, diversión o, incluso, en vestuario, porque deben pagar la vivienda, la alimentación, los servicios públicos y el transporte; situación que no es tan marcada en los estratos altos. Por tanto, es necesario avanzar en las políticas de protección así como en la generación de ingresos para poder avanzar en desarrollo humano”, concluyo Córdoba.
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