El Concejo de Bogotá aprobó en primer debate, a través de la Comisión del Plan, el Proyecto de Acuerdo 366 que busca desarrollar acciones para el manejo integral de la población de palomas en el Distrito Capital, con autoría del concejal del Movimiento Libres, Emel Rojas Castillo.
La iniciativa que contó con ponencia positiva conjunta de los cabildantes César García Vargas y José David Castellanos, busca establecer medidas ecológicas y amigables con el ambiente tendientes a iniciar el proceso de control de la sobrepoblación de palomas en la ciudad.
El Proyecto recibió un apoyo total de los miembros de la Comisión presentes, con 13 votos para su aprobación y pasó a segundo debate en Plenaria, y no tiene impacto fiscal ya que contó con concepto positivo de la Secretaría de Ambiente, entidad que ideará un protocolo para implementar y ejecutar la iniciativa incluyendo una estrategia de comunicaciones con campañas pedagógicas.
Superpoblación de palomas en Bogotá
Un estudio de la Universidad de la Salle en 2013 afirma que hay una paloma por cada 20 habitantes, esto quiere decir que en la ciudad pueden existir unas 400 mil palomas, y los más preocupante es que se reproducen todo el año y tienden a presentar un incremento desmedido debido a que se adaptan a Bogotá, y al hecho que las personas las cuidan y les dan alimento.
Las localidades que presentan mayor número de aves son: La Candelaria, Chapinero, Mártires y Engativá. Para controlar su reproducción se ha propuesto instalar palomares ecológicos en los cuales se retiran los huevos, o se contempla el uso de anticonceptivos en el maíz y arroz suministrados.
Este plan no se aplicará en toda la ciudad, se iniciará en la Plaza de Bolívar, Candelaria y Mártires, con el cuidado de no poner en riesgo otras especies de aves que se podrían extinguir al consumir la comida de las palomas.
El excremento de las palomas (12 kilogramos al año por cada una), puede generar enfermedades infecciosas y problemas respiratorios, en especial a niños. Aparte de lo anterior, la limpieza de los monumentos históricos en la cuidad tendría un costo superior de $1.000 millones debido a que el excremento de las palomas es ácido y corrosivo al material.
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