Ante el Concejo Distrital, se radicó el proyecto de Acuerdo, que busca cobrar por congestión: un peaje por circular en un área determinada de la ciudad, con lo cual se pretende reforzar las acciones para administrar la demanda vehicular en Bogotá; “no busca atacar la tenencia de un vehículo particular, sino propender por un uso eficiente y racional del mismo”: afirmaron autoridades distritales.
Esto quiere decir, que los propietarios y/o conductores de vehículos particulares, servicio público particular, servicio oficial, transporte de carga y transporte especial, que transiten entre las calles 72 y 116 de la carrera Séptima hasta la Autopista Norte, zona que está por determinar, de acuerdo con lo dispuesto en el Decreto 2883 de 2013 del Ministerio de Transporte; deberán pagar el peaje urbano.
De acuerdo con los diferentes análisis de la Secretaría de Movilidad, el monto estimado del valor de la tasa de congestión o peaje; sería de aproximadamente $6.500, cuyo cobro se destinaría a la financiación de transporte masivo 50%, transporte no motorizado 20%, mantenimiento de infraestructura vial 20% y mitigación de contaminación ambiental 10%.
La propuesta de Gustavo Petro, es considerada como una estrategia que mejoraría la movilidad, y que busca que los usuarios del vehículo perciban el costo real de congestionar, pagando un monto por transitar por ciertas vías, y de esta manera posibilitar que puedan tener diferentes decisiones al realizar sus viajes y en que modos de transporte realizarlos: transporte público, moto, bicicleta o a pie.
Alternativas en Bogotá para que los ciudadanos dejen al carro
El gobierno Petro toma como referencia el ejemplo de otras ciudades del mundo que implementaron el cobro por congestión, con buenos resultados. Estocolmo, Singapur, Londres y Ámsterdam, lo han logrado.
En esta ciudad no hay muchas opciones, esa es la gran diferencia de Bogotá con las urbes citadas: aquí no hay transporte público eficiente: El SITP no funciona como debería, Transmilenio, hace años quedó obsoleto, y el Metro existe en el sueño de los bogotanos por mejorar la movilidad. Londres cuando implementó el cobro por congestión lanzó rutas de buses y fortaleció el Metro. Las ciclorrutas en la ciudad no son suficientes y afrontan serios problemas, y los bicicarriles han quitado espacio a vías estrechas y son utilizados a menudo por los bicitaxistas.
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