Estudiantes con discapacidad auditiva del colegio público San Francisco de Ciudad Bolívar, encuentran su voz en la actuación. Ellos en las tablas aprenden, comparten, expresan y demuestran que su lenguaje, el de las señas, es tan universal como el del arte.
El colegio San Francisco es un referente para la atención de personas con discapacidad auditiva. Cuenta actualmente con 60 alumnos sordos, 8 intérpretes y un aula especializada para estos estudiantes.
Según afirma Nicolás Rodríguez quién realiza la investigación, “el trabajo que vienen adelantando desde 1992, con apoyos y alianzas con diferentes entidades como Fenascol y los Centros Crecer, les ha permitido diversificar las estrategias para la inclusión de los alumnos con esta discapacidad en los espacios académicos, siendo el teatro una de sus herramientas más eficaces”.
Para Cristina Rodríguez, fonoaudióloga y una de las maestras más entusiasmadas con ‘Arte y Cultura en Nuestro Colegio’, la práctica de las artes escénicas ha incrementado la capacidad de los estudiantes sordos para aprender el español (como segunda lengua) y los ha acercado a la literatura.
“Los estudiantes sordos tienen muchas dificultades en el desarrollo de las habilidades de lectura y escritura por ser el español su segunda lengua. La oportunidad de hacer representaciones teatrales de los personajes y las historias que ven en los libros de la clase los motiva mucho más y les ayuda a entender mejor”, cuenta la profesora Cristina, quien maneja a la perfección la lengua de señas y tiene gran experiencia en el trabajo con niños sordos.
Otro de los frentes en los que el trabajo teatral ha mostrado gran eficiencia es en el del ritmo y la conciencia del cuerpo.
Maestros y estudiantes trabajan día a día para hacer de su cuerpo una herramienta para expresarse, para hablar con el mundo, romper las barreras del silencio y del aislamiento y así demostrar sus capacidades.
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