La salsa es sinónimo de diversidad musical, mezclas y fusiones; en su manera festiva, es un reflejo de la cotidianidad urbana latinoamericana.
Su sonido identifica las expresiones sonoras del Caribe, convoca al baile, a la fiesta, a la alegría, y su influencia ha traspasado fronteras extendiendose a nuevos escenarios geográficos que tradicionalmente fueron ajenos a la cultura caribeña. Es así como también echó raíces en la fría capital del país, con todo y sus 2.600 metros sobre el nivel del mar.
Desde los inicios de la salsa, a finales de los años sesenta, desde la multicultural Nueva York llegan hasta Bogotá a través de medios de comunicación y coleccionistas los sonidos de este género. Se generó entonces un movimiento que aún hoy se mantiene vigente con un lenguaje particular, formatos orquestales innovadores y mensajes directos sobre las problemáticas de las ciudades latinas.
Como práctica cultural y artística, la salsa ha aportado en la transformación de la ciudad, incidiendo en los cambios del imaginario social frente a la rumba, la noche, el baile y la aceptación y participación de grupos poblacionales etnicos, etarios y con diferencias sexuales; de allí, las mujeres ganaron con la salsa un sitio para el encuentro como nunca antes lo habían logrado.
Para el sector de artistas la salsa significó nuevos espacios de trabajo, al punto que Bogotá se convirtió en cuna de las más importantes agrupaciones salseras del país: Grupo Niche (del recientemente fallecido maestro Jairo Varela) y Guayacán Orquesta, por citar dos de las internacionalmente más reconocidas. También en Bogotá se originó la primera orquesta de mujeres de salsa de Colombia: Cañabrava, en 1982. Otras destacadas en el ámbito local han sido la Orquesta María Canela, Arista y su Son, El Brujo y su Timba, y La Charanga de la Candela, entre muchas otras.
La movida capitalina
La fuerte migración de músicos costeños hacia la Capital, así como de cubanos, promovió la creación de un sin número de agrupaciones salseras en Bogotá. Algunas se han mantenido, otras se han transformado; en la actualidad podemos citar a Borinquen, Calambuco, Ekuajey, Enclave Latino, La Bronx, Arte Son de Cuba, Los 4 de Belén, Jam Blok Orquesta, La Conmoción Orquesta, La Real Charanga, Orquesta lo Nuestro, Sexteto Latino Moderno, Yoruba, Orquesta la 33, la agrupación femenina la Santísima Charanga, etc. Todas han logrado, con su swing, darle calor a las frías noches bogotanas.
Los amantes de la salsa no podemos dejar de mencionar que el género logró impactar también en la política pública de la ciudad. Así nació el primer Festival de Salsa al Parque, en 1998, que hoy como resultado de una exitosa gestión a cargo de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y el Instituto Distrital de las Artes llega a sus quince primaveras. Algunas cifras a destacar son los más de 490.000 asistentes, y las 192 orquestas que han participado en este escenario. Quedan todos invitados a esta fiesta de la sabrosura y el ritmo, los días 17 de agosto en la Plaza de Bolívar, y el 18 y 19 del mismo mes en la Media Torta.
Por Bertha Quintero Medina
Subdirectora de las Artes, Instituto Distrital de las Artes.
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