Con una demostración de buen fútbol y de colectividad, la selección Colombia de Fútbol de salón se coronó campeona, este fin de semana en Bogotá, del mundial de la especialidad llevado a cabo en el país al superar por 8-2 a su similar de Paraguay y actual defensor del título. Con un Jhon Jairo Pinilla como máxima figura del quinteto y con un juego ordenado y de actitud ofensiva, el cuadro colombiano hizo respetar su casa y se alzó con el máximo trofeo.

Es la segunda vez que el cuadro nacional alcanza estar en lo más alto del podio en esta disciplina —la primera fue en Bolivia en el 2010— ya que siempre fue el gran favorito desde el principio de la copa por su trabajo técnico y táctico y las ganas que le imprimian todos sus jugadores en cada uno de los juegos.

El partido que fue, por momentos, malintencionado por parte de «los guaraníes» mostró a una selección nacional inspirada desde el inicio y con la clara intención de anotar en el arco rival y quedarse con el primer lugar.

“Es el regalo que le damos a un país que ha vivido muchas anécdotas tristes, pero estamos emocionados porque hemos demostrado que somos los mejores del mundo. Muchas gracias a todos los que creyeron en nosotros”, dijo el técnico de Colombia, Jaime Cuervo al final del encuentro.

Para la figura de la cancha, máximo goleador del torneo y mejor jugador del mundo en esta especialidad, Jhon Pinilla (foto), el trabajo de sus compañeros fue fundamental a la hora de alzarse con el título “Fuimos un grupo muy unido y tiramos del mismo lado para alcanzar este éxito por la humildad que siempre nos caracterizó. Nos esforzamos cada día y gracias a Dios el resultado ha sido la obtención del título que yo se que el país entero lo ha sentido”.

Hasta altas horas de la noche la celebración se mantuvo en el Coliseo El Salitre donde se hizo presente el Presidente de la República Juan Manuel Santos, para apoyar al combinado nacional. Los jugadores, cuerpo técnico y directivos, serán condecorados hoy por el propio Santos en ceremonia que se llevará a cabo en la Casa de Nariño.  

Fotos: elespectador.com