La Asociación de Juntas de Acción Comunal de Usaquén, Asojuntas, ha llevado a cabo jornadas de solidaridad comunal con los habitantes de los cerros orientales que resultaron afectados por los deslizamientos debido a la ola invernal.

Muchas personas afectadas, decenas de heridos, cinco fallecidos, más de 300 damnificados y varios barrios en alerta por posibles deslizamientos, ha motivado la solidaridad de la localidad con estos barrios, los más golpeados y precisamente los más pobres.

Las autoridades del distrito están pendientes de incidentes que se pueden presentar en este sector populoso de los cerros del norte de la ciudad por caída de rocas. Según el Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá, la última emergencia no se presentó como consecuencia de un deslizamiento de tierra o derrumbe, como se había especulado al comienzo, sino que obedeció a las precipitaciones y a la alta cantidad de granizo que cayó sobre este sector del norte de la ciudad.

El Comité Local de Emergencias de Usaquén aclaró que no fue necesario evacuar ninguna vivienda, porque los daños sólo se presentaron en la parte alta de los predios. Tampoco hubo personas atrapadas, ni lesiones de consideración. La atención de esta emergencia se extendió hasta la madruga del pasado sábado con la entrega de: 170 kits de noche, 37 kits de aseo y 5 tejas.

Recordemos que por lo menos 500 viviendas en toda la capital están en riesgo de eventuales derrumbes, deslizamientos o inundaciones. Se han tomado medidas para afrontar las lluvias próximas y reubicar a todas esas familias.

Algunos de los miembros del comité coordinador de Asojuntas integrado por Rito Sierra Guerrero, Paula Sofía Peña Forero (Reina comunal Usaquén), Augusto Cuellar, Gladys Ropero, Israel López y Graciela Forero, previo censo y con las planillas respectivas, entregaron junto con los líderes comunales del barrio El Codito, Buena Vista y Mirador Norte, las donaciones de las juntas de la localidad y la comunidad, consistentes en mercados, elementos de aseo, cobijas y ropa, a fin de mitigar esta emergencia.

El país afronta desde los inicios de 2010 unos períodos lluviosos superiores a los históricos por efecto del fenómeno meteorológico de La Niña, de enfriamiento del océano Pacífico.