La Oficina de Envigado, registra cronológicamente en qué forma, una serie de delincuentes comunes que operan en las ciudades colombianas de Medellín y Bogotá, van ascendiendo en su carrera criminal y comienzan a transformar sus pequeñas actividades delictivas hasta llegar a convertirse en un grupo organizado que coloca en jaque al mundo moderno con su principal actividad: el tráfico internacional de estupefacientes.
El ascenso y la caída del Cartel de Medellín, es asumido en esta investigación periodística, que logra establecer cómo y en qué forma, los lugartenientes de Pablo Escobar se hacen al poder, en la capital del departamento de Antioquia y el cercano municipio de Envigado, del imperio que dejó libre el capo del Cartel de Medellín, organización que hoy se conoce como la tenebrosa Oficina de Envigado.
Tráfico de droga, crímenes de Estado, control de la prostitución, cuentas de cobro, manejo del poder político, lavado de activos, paramilitarismo, juegos de azar, tráfico de dinero falso, auspicio a equipos profesionales de fútbol y múltiples actividades más al margen de la ley, con la complicidad de policías, militares, fiscales, congresistas, gobernadores, alcaldes, jueces y toda clase de agentes del Estado, son las que hoy maneja la mafia de la Oficina de Envigado en Colombia y el exterior.
La Oficina de Envigado recorre la historia y conecta los principales hechos mafiosos que han sacudido a Colombia en los últimos 40 años, acontecimientos que se interconectan y responden a una lógica mafiosa que hoy se impone peligrosamente en el Estado colombiano a través del poder económico y criminal que esta banda del crimen organizado ostenta, fenómeno que de la misma forma se está enquistando en el vecino país de México, a través de más de media docena de carteles criminales, organizaciones de forajidos que actualmente bañan en sangre y siembran el terror en esta nación.
Los hombres de la Cosa Nostra siciliana, quienes le dieron vida a la mafia al sur de Italia hacia 1860, diseñaron un cuidadoso modelo de estructura criminal adoptado, cien años después, por un vil ladrón de autos y posterior zar del narcotráfico mundial, conocido como Pablo Escobar, capo del Cartel de Medellín, modelo que perfeccionaron los sobrevivientes y antiguos secuaces de Escobar, todo ello al otro lado del Océano Atlántico, en la nación andina de Colombia.
Ni los poderosos narcotraficantes del Cartel de Cali, con los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, a la cabeza, ni el Cartel del Norte del Valle, con sus jefes Wilber Varela, alias “Jabón” y Diego León Montoya Sánchez, alias “Don Diego” y ni el propio jefe del Cartel de Medellín, el exterminado Pablo Escobar, lograron en época de su reinado ver consolidada una estructura criminal, como la mundialmente conocida Oficina de Envigado, sofisticada multinacional del crimen.
La Oficina de Envigado, al propio estilo de la mafia italiana, maneja códigos de silencio tipo omertá siciliano. No es una organización controlada por jóvenes drogadictos procedentes de los estratos bajos de los cinturones de miseria que rodean a la ciudad de Medellín y que mueren cada día, en medio de la batalla diaria desatada por el dominio y manejo de la organización mafiosa.
El poder que dejaron acéfalo al interior del grupo criminal, primero Pablo Escobar y luego Diego Fernando Murillo Bejarano alias “Don Berna”, tiene como sus grandes protagonistas a los criminales Maximiliano Bonilla, alias “Valenciano” y Erickson Vargas, alias “Sebastián”, quienes libran una guerra a muerte en las propias calles de Medellín y en diferentes lugares de Colombia y el mundo con el propósito de ocupar la poderosa curul que espera que el destino le unja al nuevo capo de capos de la mafia colombiana.
Una serie de interrogantes que surgen detrás de la tenebrosa organización son los siguientes: ¿Cómo nació la multinacional del crimen en Colombia? ¿Qué es la Oficina de Envigado? ¿Cuáles son los tentáculos del bajo mundo en Colombia? ¿Cómo funciona la mafia en el país? ¿Quiénes son los verdaderos “padrinos”, que tras bambalinas manejan los hilos del grupo antisocial?
¿Los grupos políticos dominantes en la ciudad de Medellín desde hace décadas han tenido entre sus más connotados líderes a miembros secretos de la poderosa mafia colombiana? ¿Son los jóvenes asesinados a diario en las empinadas calles de los barrios populares de la capital de Antioquia, los verdaderos capos de la mítica organización? Preguntas que tienen su respuesta en esta investigación de Alfredo Serrano que ve la luz bajo el sello Debate de Random House Mondadori.
pues yo pienso que los duros de la oficina de envigado son terribles asesinos pero pueden hacerle muchos favores a la sociedad limpiando esta ciudad de todas las ratas y de todos los atracadores que le hacen mucho daño a la gente