El 1 de Mayo del 2011 Barack Obama dijo que le había echado el guante al terrorista más buscado del mundo: Osama Bin Laden. Lo extraño es que a partir de ese momento todo se vuelve raro, extraño, difuso. Un disimulado comunicado informó que el cuerpo del terrorista fue echado al mar y nunca más se volvió a hablar de eso ¿Por qué? ¿Qué se esconde detrás de ese casi obligado silencio? El asunto es que el mundo “descansó en paz” porque –presumiblemente- nunca volverá a producirse un acto terrorista como el del 11 de Septiembre de aquel lejano, pero inolvidable, 2001.
Pero aunque hubieran pasado once años, aún los interrogantes se mantienen y hasta ahora solo el libro Mathias Brockers aborda algo que pasó de agache: los medios de comunicación. ¿Qué papel desempeñaron cuando fueron derribadas las Torres Gemelas?
11S de Mathias Brockers, es bastante bueno, no sólo porque analiza en detalle lo sucedido el 11 de Septiembre, sino porque por primera vez habla sobre el comportamiento de los medios, su silencio casi cómplice o cómo los medios manipularon y distorsionaron, en cierta forma los antecedentes, el hecho y lo sucedido posteriormente.
El autor –que por cierto ha descrestado a propios y a extraños- saca la lupa y analiza lo sucedido el 1 de mayo del 2011. “Muchas de las declaraciones realizadas al principio por fuentes oficiales se han desmentido después. Se ha hablado de un tiroteo en la casa, de que Bin Laden se escondió detrás de una mujer, y de fotos y vídeos grabados por las cámaras que los agentes llevaban en los cascos que se harían públicos a su debido tiempo. Ciertamente esa retransmisión en vivo debe de existir, o al menos eso sugiere la foto de la Situation Room que ha dado la vuelta al mundo y donde vemos a Obama, acompañado por el Gabinete de Crisis y por una horrorizada Hillary Clinton, siguiendo supuestamente la operación en directo.
Dos días más tarde, sin embargo, el jefe de la CIA, Leon Panetta, declaró que las cámaras de los cascos fallaron al cabo de 20-15 minutos y que no pudo retransmitirse la parte crucial de la operación. El gesto de Hillary Clinton, tapándose la boca con la mano era, al parecer, consecuencia de una típica alergia primaveral. Además, se ha dicho que los habitantes de la casa se encontraban desarmados y que el líder terrorista no se escondió detrás de su mujer. El refugio, que al principio se describió en los medios como una “mansión” blindada, en realidad era una casa de tres plantas normal y corriente sin aire acondicionado ni conexión telefónica.
“Como el cadáver de Bin Laden fue arrojado al mar, las imágenes de la ejecución podrían aportar una información más precisa sobre la identidad de la víctima; unas imágenes sobre las que se habla a todas horas, pero que hasta la fecha el Gobierno de EUA no ha querido mostrar. Supuestamente, para no provocar reacciones de venganza en el mundo árabe”…y sigue una larga historias de mentiras, secretos, contradicciones, argumentos pobres, simples, vanos, sin pesos. ¿Por qué? ¿Qué se esconde detrás de todo esto?
Ahí es donde decimos que el libro de Mathías Brockers es espectacular y no hay dudas que levantará polvaredas y servirá, sin lugar a dudas, a develar muchas dudas que desde el 11 de Septiembre del 2001 han venido apareciendo y que EUA no ha querido aclarar. De nuevo ¿Por qué? ¿Qué es lo que quieren ocultar, callar, manipular?
Las 370 páginas son realmente sorprendentes, con capítulos que dejan al lector con la boca abierta. Por ejemplo: ¿Por qué tantas ficciones sobre el 11-S y por qué tantas falsificaciones? ¿Por qué no se ha hablado con claridad sobre lo sucedido en el Pentágono? ¿Hay una gran verdad prohibida?
Por Jorge Consuegra /Libros y Letras)
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