La Alcaldía Mayor de Bogotá, en conjunto con la Universidad Jorge Tadeo Lozano y la Biblioteca Nacional, darán apertura a la exposición «Las Nieves, la ciudad al otro lado», una muestra que aborda la historia y la proyección a futuro de este barrio de Bogotá. El evento será este jueves 21 de octubre a las 4 de la tarde en la Biblioteca Nacional y el mismo día a las 5 de la tarde en el Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.  
 
La exposición se instalará en tres espacios diferentes. Desde el 21 de octubre hasta el 12 de noviembre, ‘Las Nieves’ se instalará en el Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, haciendo referencia a la actualidad y el desarrollo futuro del barrio; en la Biblioteca Nacional, del 21 de octubre al 4 de diciembre, se exhibirá en lo concerniente a la fundación del barrio y su evolución histórica; el  tercer escenario de la muestra será el Parque de la Independencia, donde desde el 25 de octubre hasta el 26 de noviembre se hará un recuento de la Feria Agrícola e Industrial de 1910, el más importante evento que haya tenido lugar en Las Nieves.   
 
En Las Nieves se reflejan detalles históricos más amplios de la ciudad, como los primeros ordenamientos territoriales aplicados a su geografía, el fervor social por la religión, el auge de la industrialización y la aparición de nuevos oficios –etapa donde también brotan los primeros signos de delincuencia e indigencia–, los cambios del aspecto físico de la urbe y la vocación cultural de Bogotá. 
 
Historia del barrio Las Nieves
A finales del siglo XVI, exactamente en 1598, Las Nieves era una de las parroquias –nombre que se daba, por el inoculado catolicismo que había, a las divisiones geográficas de Santafé– de aquella incipiente ciudad. La parroquia más ubicada al norte de aquella población era Las Nieves, que limitaba al sur con el Río San Francisco, al norte con la Recoleta de San Diego, al oriente con los pies de los cerros y al occidente con la Alameda Vieja. 
 
La devoción religiosa y el fervor que despertaba en los creyentes la parroquia de Las Nieves eran las razones que en un principio hacían de este un sector atractivo para los habitantes santafereños, quienes lo visitaban con frecuencia.
 
Años después, en el siglo XVII, no solo la iglesia, sino la plaza y la pila se convirtieron en un punto importante de encuentro para los habitantes de Santafé, y ya no solo por razones devotas, sino porque se volvió un punto asiduo de convergencia social en general.
 
Ya desde el siglo XVII se registran celebraciones de carácter religioso en el sector que traían consigo un sinnúmero de hechos recordados con lamento y preocupación: desordenes, disturbios, exceso de consumo de chicha, actos obscenos, agresiones… Sin embargo, tiempo después arriban a la ciudad nuevas tendencias en distintos ámbitos, que se reflejaron, en el caso de Las Nieves, en un mejoramiento de su aspecto físico y en eventos en el barrio que sí fueron llevados a cabo con orden y formalidad.
 
El barrio Las Nieves, poblado desde siglos antes por indígenas –allí había un territorio de estas comunidades llamado “Pueblo Nuevo”–, fue también habitado desde el siglo XVIII, en un fenómeno social que crecería exponencialmente, por artesanos. Esto trajo como consecuencia un proceso de complejidad social en el sector, que a su vez hizo que desde el epílogo del siglo XIX y entrados en el XX el sector fuera reconocido por su creciente comercio, por su carácter cultural y por ser un sitio para la satisfacción de placeres clandestinos, lo cual hacía difícil erradicar de él la delincuencia y la ilegalidad.
 
A partir de la década de los setenta y hasta hoy, el barrio Las Nieves se ha introducido en una etapa de cambio, fomentada sobre todo por centros culturales e instituciones universitarias que han impulsado la recuperación y mejoramiento del sector.

En la actualidad, a pesar de que se conservan algunos de los factores negativos señalados, Las Nieves es un sitio que se caracteriza principalmente por su vocación cultural, donde se ubican cafés, salas de cine y teatros, bares y sitios de recreo y juegos, además de las universidades, que lo mantienen como el punto de encuentro social que ha sido durante siglos, y que es en sí mismo un símbolo de la historia acaecida en la ciudad, desde su nacimiento hasta su caótico estado actual.