Don Martín Martínez, un veterano vendedor de lotería que deambula las calles bogotanas con su gancho de billetes, ha convertido a muchos colombianos en verdaderos millonarios. Su última bendición de suerte se la entregó a un bogotano, a través de la Lotería de Cundinamarca con el Premio Mayor de 2.000 millones de pesos, que jugó el pasado 3 de febrero.
“Yo mismo seleccioné el número 3699 de la serie 81 y le entregué la suerte en ese billete diciéndole: gánese los millones y efectivamente nos los ganamos, digo así, porque el afortunado ganador prometió compensarme”, así lo narró don Martín, quien utilizando este seudónimo protegió su identidad.
“Es un oficio muy bonito en el que llevo más de 40 años, recuerdo que las loterías antiguamente traían entre 100 y 120 fracciones, se jugaban sin serie y logré vender varios premios mayores” manifestó el lotero.
Es un hombre de 73 años que anda entregando la suerte por donde pasa, ha recibido algunas propinas no tan generosas, como los premios que hace ganar. “Muchos clientes a los que les ayudo con el número, luego que son ganadores se pierden y no se acuerdan quien les entregó la suerte, algunos me dan 100 o 200 mil pesos, espero que esta vez sea bien remunerado”, contó.
El gerente general de la Lotería de Cundinamarca Alberto Dimaté Cárdenas, lo recibió junto con su señora Rosario Flórez en su oficina, felicitándolos por haber vendido el premio mayor y le tramitó su premio de 7 millones de pesos.
Así como don Martín Martínez ha obtenido ganancias ocasionales, también ha tenido pérdidas por 3´800.000 pesos que suman los tres robos que lo han dejado con las manos vacías, llevándose el gancho con toda la lotería que tenía para la venta, teniendo que responder ante la distribuidora.
Con sus manos ya arrugadas por el paso de los años y apoyado en las manos de su compañera Rosario Flórez, nos comenta que de esa unión hay seis mujeres y un hombre, todos bachilleres, casados y mayores de edad. “Los hemos sacado adelante a punta de lotería, mi señora también fue lotera durante 12 años, sufrimos muchas necesidades pero gracias a Dios y a la lotería conseguíamos con que alimentar la familia”, narró el vendedor de la suerte.
“Yo me levanto cada día a las 7:00 a.m. me organizo y voy hasta el sitio de trabajo, me la paso todo el día andando, aventurando para ganarme un sueldito de 20 o 25 mil pesos, almuerzo donde me coja el medio día y regreso a las 4:30 de la tarde, confío que seré ganador de la Lotería cuando un cliente me dé una cifra millonaria por entregarle suerte” comentó.
El promedio de ventas que él logra diariamente es de 10 a 12 billetes y la distribuidora Santafereña para la que él trabaja le paga el 20 por ciento sobre las ventas, pide que el sector lotero tenga un mayor apoyo.
Este hombre con cero estudio, analfabeta y por su experiencia recomienda que las ventas puedan aumentar si se paga más por los terminales, especialmente por la última cifra y pagando el doble a través de la baraja como se jugaba antes, pide quitar series. Él es “el ángel de la suerte” para muchos colombianos.
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